La madre de la cantante Christina Aguilera Shelly Kearns, declaró en un documental que su esposo y padre de la intérprete la golpeó hasta sacarle sangre, cuando era una niña. Un día que Shelly llegaba a casa encontró a la pequeña Christina de cuatro años llena de sangre en el rostro. Al verla le preguntó qué había pasado y la niña contestó: «Papá quería tomar una siesta y yo hice mucho ruido».
A partir de ese día, Shelly Kearns, Christina y su hermana salieron de casa para no volver nunca más. En el mismo documental, Christina recuerda vivencias negativas al lado de su padre y dice recordar también los maltratos hacia su madre.
La parte positiva de esto es que Christina Aguilera se refugió en la música y utilizó su dolor como una fuente de energía para explotar su talento. «Comencé a cantar buscando una salida. El dolor que sentía en mi hogar es de donde proviene mi amor por la música», finalizó. La cantante señala que su padre le ha pedido perdón, pero ella reconoce que ha aprendido a vivir sin él y no lo necesita.