Cuando entré a trabajar a la Municipalidad de Guatemala mi oficina quedaba junto a la oficina de la Asociación Nacional de Municipalidades que operaba bajo la coordinación técnica del abogado Rodolfo de León Molina y la coordinación política de Américo Cifuentes Rivas, también profesional del derecho que formaba parte del grupo que fundó la URD junto al entonces Alcalde, Manuel Colom Argueta, Fito Mijangos, Pancho Villagrán Krámer, Alfredo Balsells Tojo y otros jóvenes profesionales que despuntaban políticamente al empezar la segunda mitad del siglo pasado.
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Con todos ellos mantuve una gran amistad y Américo es el único sobreviviente de tan destacado grupo que fue de los más cercanos a la figura de Manuel Colom Argueta, el dirigente asesinado en tiempos de Lucas porque se le consideraba como un peligro para el proyecto de los gobernantes militares que se había afianzado desde el fraude en 1974.
En la página de internet de Prensa Libre está desde hace varios días una entrevista que se le hizo a Américo sobre la situación de la izquierda en Guatemala y sus perspectivas de futuro. En la misma explica el aporte que hace en busca del resurgimiento de la socialdemocracia en Guatemala, proyecto que se vio truncado con la muerte de Meme y en alguna medida con la de Alberto Fuentes Mohr, quien dirigió otro esfuerzo en la misma dirección.
Pero me llamó la atención una parte de la entrevista en la que Américo relata una reunión que sostuvo con el entonces candidato presidencial Álvaro Colom. Dice que como aspirante a la Procuraduría de los Derechos Humanos asistió a un encuentro con el político para discutir el tema, pero que Colom Caballeros le dijo que tenía “guardaditas” unas cuatro diputaciones y que les podía dar alguna de ellas. De más está decir que guardaditas quiere decir que no se habían vendido aún las postulaciones, pero eso es harina de otro costal. El caso es que Colom les dijo: “antes que nada, quiero decirles una cosa. Yo de mi tío Meme, nada. Lo conocí por razones familiares, pero yo con él, no. No estoy con él ni me interesa”.
Tanto en campaña como posteriormente en el ejercicio del poder, hizo uso del nombre de su “tío Manuel” como su fuente de inspiración política, pero lo que él dijo a Américo es absolutamente cierto porque nunca, en todo el tiempo que Meme estuvo en la Municipalidad o posteriormente, se le vio siquiera aparecer en alguna de las actividades políticas. Su padre, Antonio Colom Argueta, hermano de Meme, trabajó en el departamento legal de la Municipalidad durante ese período, pero Álvaro jamás dio la menor seña de vinculación.
Una muy cercana familiar de ellos, ya fallecida y cuyo nombre me reservo por esa razón, me dijo cuando Alfonso Bauer Paiz se sacó de la manga el nombre de Álvaro Colom para “unir a la izquierda con el apellido de Meme” que Álvaro no era de la estirpe de los Colom que yo conocía; prácticamente me anticipó lo que después diría Álvaro a Américo, en el sentido de que lo conocía por razones familiares, pero nada más. Apuntes para la historia que vale la pena rescatar.