Reunión de obispos de Polonia


Conmoción. El cardenal Jozef Kloch (D) y Stanislaw Wielgus, ex arzobispo de Varsovia, cuya renuncia causó conmoción en el cí­rculo católico de Polonia.

Los obispos de Polonia se reunieron hoy para hacer frente a la crisis provocada por la dimisión del efí­mero arzobispo de Varsovia Stanislaw Wielgus por haber colaborado con la antigua policí­a secreta comunista.


«Hay un único tema en la reunión. Es la situación en la que se encuentra la Iglesia», tras la dimisión de Wielgus el pasado domingo, dí­a en que debí­a asumir su cargo, declaró a la prensa el portavoz del Episcopado, Jozef Kloch.

«Hay que encontrar soluciones globales para resolver el problema, para no verse todas las semanas frente a este tipo de casos», dijo.

La Iglesia polaca, que durante mucho tiempo se mostró reticente a revelar su pasado más oscuro, tiene ahora prisa por actuar, ya que la mayorí­a de la opinión pública sigue profundamente sorprendida porque un antiguo delator de la policí­a secreta comunista pudiera alcanzar los puestos más altos de la jerarquí­a eclesiástica.

«La Iglesia no está hecha para ocuparse de los dosiers de los servicios secretos, pero esta vez lo hará», advirtió el padre Kloch, quien precisó que una comisión histórica especial del episcopado ha pedido el acceso a diversos expedientes de los antiguos servicios secretos comunistas polacos SB.

Fue esta comisión la que determinó que Wielgus colaboró con la SB entre 1967 y 1987.

La reunión del Consejo Permanente del Episcopado, ampliado a los obispos titulares de las diócesis polacas, se celebró a puerta cerrada. Su carácter es excepcional, pues esta instancia sólo se reúne de forma ordinaria dos veces al año: el 2 de mayo y el 25 de agosto.

El padre Kloch anunció asimismo que los curas polacos dirigirán próximamente un mensaje a los fieles sobre los últimos acontecimientos, que han provocado una crisis sin precedentes en la historia de la Iglesia polaca desde la caí­da del comunismo en 1989.

Desde el regreso de la democracia a este paí­s ampliamente católico, la Iglesia polaca se beneficiaba de un inmenso prestigio ganado con su oposición a la dictadura y del carisma del polaco Juan Pablo II, papa entre 1978 y 2005.

Los principales responsables eclesiásticos, entre ellos el primado de Poní­a, Jozef Glemp, se opusieron mayoritariamente a la «caza» de agentes entre sus filas, al considerar que los casos de colaboración eran un asunto interno.

La dimisión de Wielgus, sin embargo, puede abrir la puerta a una avalancha de nuevas revelaciones.

De hecho, el diario de derechas Dziennik publicó el martes y el miércoles documentos de la SB donde se citan a una docena de seudónimos de sus colaboradores, personalidades de la Iglesia Católica, obispos incluí­dos, según el rotativo.

Y el padre Tadeusz Isakowicz-Zaleski, quien desde hace un año se bate en solitario por sacar a la luz esta verdad, desvelará 39 nuevos casos, cuatro de ellos de obispos, en un libro que llegará a las librerí­as el próximo 28 de febrero.