Los ministros de Defensa de la OTAN tienen previsto discutir mañana en Sevilla (sur de España) sobre la situación en Afganistán en un momento clave para esta gran operación aliada, en el marco de una reunión que servirá de bautismo de fuego diplomático para el norteamericano Robert Gates, reemplazante del polémico Donald Rumsfeld.
En esta reunión informal que concluirá el viernes, la Alianza Atlántica no presionará a los 26 aliados para obtener refuerzos, ya que no es ése su objetivo, indicó el secretario general adjunto de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), John Colston.
«Si hay países que vienen a Sevilla proponiendo medios o tropas adicionales, los recibiremos con los brazos abiertos, pero debo subrayar que el objetivo de esta reunión no es obtener compromisos precisos de los aliados», aseguró Colston.
Para un diplomático europeo de la OTAN, «la particularidad de esta reunión informal es que se espera el desembarco de Robert Gates», quien sucedió a Donald Rumsfeld como secretario de Defensa norteamericano en diciembre pasado.
«Afganistán y Kosovo ya fueron tratados por los 26 aliados en la cumbre de la OTAN en Riga a fines de noviembre y por los ministros de Relaciones Exteriores hace 10 días en Bruselas», subrayó.
En seis años, «Rumsfeld había dejado una marca con su fuerte personalidad. Había una superpersonalización de los debates. Los ministros tendrán curiosidad por observar el estilo, la actitud de Gates, el modo en que compartirá sus impresiones de regreso de Afganistán e Irak», agregó ese diplomático.
La reunión constituirá además una primicia para otro norteamericano, el nuevo comandante supremo de las fuerzas aliadas en Europa, el general John Bantz Craddock, que se instaló en el cuartel general de Casteau (cerca de Mons, sur de Bélgica) hace dos meses.
Craoddock reemplazó a su compatriota, el general James Jones, quien, contrariamente a Rumsfeld, era conocido por saber escuchar a los europeos y por su simpatía personal por un aliado a veces difícil, Francia, país en el que había vivido una parte de su juventud.
Sin embargo, frente a una resistencia inesperada de la insurgencia talibán en el sur de Afganistán, el general Jones había sido el primero en reclamar en septiembre pasado a los aliados al menos 2.500 refuerzos y el cumplimiento de sus compromisos no respetados en materia de trasporte de tropas y logística.
Si bien el pedido no tuvo gran éxito entre varios países que ya están presentes en Afganistán (Alemania, Francia, España, Italia y Turquía), los efectivos de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF) bajo mando de la OTAN fueron elevados de todos modos a 35.000 hombres.
Polonia, por ejemplo, anunció el envío de mil hombres y Gran Bretaña de 800, mientras que Estados Unidos acaba de indicar un refuerzo de 3.000 soldados.
De su lado, el gobierno alemán decidió el miércoles enviar entre seis y ocho aviones de reconocimiento de tipo Tornado a Afganistán, informó una fuente cercana al gobierno.