Sería de mi agrado que estos señores supieran la verdad del calvario sufrido por miles de personas que perdimos nuestros ahorros en el Banco de Comercio. Los accionistas del mencionado banco están prófugos y disfrutan de la protección del Presidente de la República, del Superintendente de Bancos, de la Junta Monetaria y del Ministerio Público. Recientemente en nuestras diarias protestas que duran ya dos meses fuimos agredidos por la Policía Nacional Civil y el Ejército, esto sucedió en Río Hondo, Zacapa.
La profesión de banquero es muy antigua y muchos de los que la han ejercido prefieren suicidarse antes que hacer mal uso del dinero a ellos confiado. Pero en Guatemala son ya varios bancos que han cerrado sus operaciones fraudulentamente, dejando en la pobreza a miles de ahorrantes. El Ministerio Público ni siquiera cumple con emitir acusación lo que les permite a los delincuentes andar por las calles sin que nadie les diga algo, pues no se les ha comprobado delito alguno.
El actual Gobierno de Guatemala está infiltrado por el crimen organizado, por todos lados existe corrupción y las Cámaras de Comercio y el CACIF admiten a estafadores en sus nóminas de afiliados.
Los bancos cumplen una función social imprescindible pero en Guatemala son vistos con desconfianza ya que somos miles los afectados por las viles estafas de los mal llamados banqueros.
El actual Superintendente de Bancos de Guatemala es tan culpable y cómplice de la reciente estafa en el Banco de Comercio, que si analizamos detenidamente el mencionado banco ni siquiera tenía los libros contables y documentación requerida para funcionar, sin el conocimiento de los ahorrantes, sin embargo el Superintendente anunció por la prensa en días anteriores a la gran estafa el 12 de enero, que el sistema bancario estaba estable y sólido, engañando así a los ahorrantes.
Esa es la realidad del país que visitan, señores banqueros del mundo.
Esperamos que nos comprendan y que en sus conclusiones se solicite del Gobierno de Guatemala la pronta solución consistente en el pago inmediato a los miles de guatemaltecos, muchos de los cuales padecen de enfermedades y otros han fallecido por el gran mal sufrido.
Estoy convencido que si continúan los cierres de operaciones de otros bancos es mil veces preferible pensar en estatizar el sistema bancario nacional. Dando así plena confianza al público usuario y garantía de las operaciones que en los bancos se realizan.