Reunión con ETA


Incertidumbre. Alfredo Pérez Rubalcaba, ministro del Interior de España, no quiso confirmar ni negar la reunión de hoy con ETA.

El gobierno español se negó hoy a confirmar o desmentir que el jueves pasado sus emisarios se reunieron oficialmente por primera vez con ETA, como afirma la prensa vasca, en el marco del proceso de paz abierto tras el alto el fuego permanente de la organización armada.


«Desde el ministerio nunca hemos desmentido, confirmado ni matizado esas informaciones», afirmó en una multitudinaria rueda de prensa el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba.

«No hay novedades relevantes que comunicarles», insistió varias veces el titular de Interior, uno de los ministros de mayor confianza del presidente del gobierno, el socialista José Luis Rodrí­guez Zapatero.

Rubalcaba atribuyó la información publicada el miércoles por la prensa vasca a la «presión de los medios de comunicación para informar» sobre el denominado proceso de paz.

«Está pasando una cosa bastante fácil de entender: ustedes tienen una presión diaria y el gobierno tiene la obligación de ser prudente», sostuvo el titular de Interior, a quien Zapatero colocó en ese cargo dí­as después de que ETA decretara un alto el fuego permanente, el 22 de marzo pasado, que entró en vigor dos dí­as después.

Según el periódico vasco El Correo, emisarios del gobierno socialista y de ETA mantuvieron «el jueves pasado en un paí­s europeo» su primera reunión oficial desde que Zapatero anunció el 29 de junio pasado el inicio de un diálogo formal con la organización armada, para poner fin a la violencia terrorista que en casi 40 años se cobró la vida de unas 850 personas.

Otro periódico, el Diario Vasco, asegura que en los últimos dí­as hubo un «intercambio de mensajes» entre el gobierno y ETA.

«Un proceso de esta naturaleza no se puede televisar ni radiar. No se puede», enfatizó Rubalcaba, refiriéndose a este intento de negociación con ETA, el tercero después de los fallidos de 1989 y 1999.

«Cuando haya información relevante, lo sabrán en primera instancia los grupos parlamentarios (…) ese momento no ha llegado todaví­a», reiteró Rubalcaba, quien que durante los 20 minutos de la conferencia de prensa repitió casi las mismas frases, pese a los esfuerzos de los periodistas por obtener información.

Tanto El Correo como el Diario Vasco confirman que ETA «no habrí­a planteado en ningún momento la ruptura» del alto el fuego, como vení­an indicando diversas versiones escuchadas en las últimas semanas.

La información sobre este primer supuesto contacto entre el gobierno y ETA se conoció dos dí­as antes de que Zapatero se reúna con Mariano Rajoy, lí­der del opositor Partido Popular (PP, derecha), formación que rechaza cualquier diálogo con «los terroristas de ETA».

Sin desmentir o confirmar tampoco el encuentro, el coordinador general de Izquierda Unida, Gaspar Llamazares, aliado parlamentario del gobierno, dijo -tras hablar por teléfono con Rubalcaba- que la situación actual del proceso de paz es «menos preocupante que hace una semana» y «se mueve en sentido positivo».

El presidente del Partido Nacionalista Vasco (PND, moderado), Josu Jon Imaz, sostuvo que el «proceso no está tan extraordinariamente bien, ni tan mal», pero tampoco quiso especular sobre si hubo o no reuniones.

El robo de 350 armas de fuego por un comando de ETA en octubre pasado en Francia y el recrudecimiento de la violencia callejera en el Paí­s Vasco desde agosto, alimentaron las dudas sobre su verdadera voluntad de renunciar definitivamente a la lucha armada.

«El proceso está en sus fases preliminares. Confí­o en que ésas den paso a otras más sustantivas, pero eso creo que va a llevar algún tiempo», sostuvo Rubalcaba.

850 muertos en 38 años

La organización separatista armada vasca ETA, que desde el 24 de marzo pasado cumple un cese el fuego permanente, mató a unas 850 personas en 38 años de lucha armada contra el Estado español por la independencia de Euskal Herrí­a, el Gran Paí­s Vasco que reivindica.

ETA (Euskadi Ta Askatasuna, es decir, Patria Vasca y Libertad), figura desde 2001 en la lista europea de organizaciones terroristas, pero también en la del departamento de Estado norteamericano.

La aspiración perseguida por ETA mediante la violencia era lograr la independencia de Euskal Herria, el Gran Paí­s Vasco que va desde el rí­o Adour en Francia hasta el rí­o Ebro en España, incluyendo las regiones autónomas españolas del Paí­s Vasco y de Navarra, así­ como el Paí­s Vasco francés, en el suroeste del vecino paí­s.

Desde su primer atentado el 7 de junio de 1968, ETA mató a unas 850 personas, según el ministerio español del Interior. En ese lapso, perdió a unos 200 activistas, según los independentistas.

Más del 90% de las ví­ctimas de ETA fueron asesinadas tras la muerte del dictador Francisco Franco en 1975 y el restablecimiento de la democracia en España.

La policí­a y el ejército fueron los blancos privilegiados de la organización armada, uno de cuyos primeros atentados espectaculares fue el asesinato del almirante Luis Carrero Blanco, presidente nombrado por Franco.

La organización armada utilizó en la gran mayorí­a de los casos los coches bomba, la violencia urbana y el asesinato selectivo, pero a menudo sus atentados dejaron además ví­ctimas civiles.

ETA no perpetró atentados masivos a ciegas, y el saldo de su acción más sangrienta (21 muertos en un hipermercado en Barcelona en 1987), fue atribuido por los independentistas a un error de coordinación logí­stica.

Los objetivos de ETA eran defendidos en el ámbito polí­tico por la coalición radical Batasuna y sus predecesoras Herri Batasuna (HB) y Euskal Heritarrok (EH), que en diversas elecciones logró entre el 12% y el 18% de los sufragios del electorado vasco.

Pero Batasuna, considerada brazo polí­tico de ETA, fue declarada ilegal en marzo de 2003 por el Tribunal Supremo español.

ETA, cuyo sí­mbolo es un hacha con una serpiente enlazada, fue fundada el 31 de julio de 1959 por estudiantes nacionalistas frente al «inmovilismo» ante el franquismo del Partido Nacionalista Vasco (PNV, moderado).

El PNV fue creado a finales del siglo XIX sobre la base de una ideologí­a étnica, antiespañola y ultracatólica de su fundador Sabino Arana, a la cual los fundadores de ETA unieron su marxismo-leninismo.

Aunque el último atentado mortal de ETA se remonta a mayo de 2003, la organización armada ha seguido efectuando otras acciones: campañas de baja intensidad en verano (boreal), atentados sin causar ví­ctimas para presionar a empresarios vascos, actos de violencia urbana (kale borroka en lengua vasca) y en octubre pasado el robo de 350 pistolas y revólveres en Francia.

En dos ocasiones anteriores, las esperanzas de un fin de la violencia -en 1989 y en 1998/99- se desvanecieron y ETA reanudó sus acciones terroristas a principios de 2000 tras una tregua de 14 meses.