Retrasan juicio de Morsi ante interrupciones


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Después de pasar cuatro meses detenido en un lugar no revelado, el derrocado presidente egipcio Mohamed Morsi rechazó desafiante hoy la autoridad del tribunal para enjuiciarlo, afirmó que es el líder «legítimo» del país y sostuvo que quienes lo echaron del poder son los que deberían ser procesados.

Por SARAH EL DEEB EL CAIRO /Agencia AP

El juicio fue postergado hasta el 8 de enero después de varias interrupciones.

Morsi, el primer presidente elegido en comicios libres en la historia de Egipto, ha estado detenido en un lugar secreto desde que las fuerzas armadas lo derrocaron en un golpe de estado el 3 de julio.

Con apariencia saludable,  Morsi compareció ante el tribunal con un traje azul oscuro y sin corbata. Se negó a usar un uniforme de la prisión tal como había ordenado el juez, según funcionarios de seguridad.

Morsi y 14 coacusados, figuras prominentes de su Hermandad Musulmana, enfrentan cargos de incitar a la muerte de manifestantes que se congregaron frente al palacio presidencial en diciembre, exigiendo que revocara un referendo sobre una nueva Constitución redactada por sus aliados islamistas. Miembros de la Hermandad atacaron a los manifestantes, que efectuaban sentados una protesta pacífica, y en los enfrentamientos subsiguientes murieron diez personas. De ser declarados culpables, Morsi y los demás acusados podrían ser condenados a la pena de muerte.

El líder de la Hermandad rechazó el proceso y dijo que había sido forzado a asistir.

«Este es un golpe militar cuyos líderes deben ser enjuiciados de acuerdo con la Constitución», indicó Morsi al tribunal.

«Soy el presidente de la república y estoy aquí contra mi voluntad», agregó. «Lo que se pretende aquí es dar una justificación al golpe militar».

Mientras tanto, sus coacusados repetían «¡Abajo, abajo el golpe militar!».

La acalorada sesión de hoy reflejó el ambiente caldeado de una nación profundamente polarizada entre los partidarios islamistas de Morsi, por una parte, y por otra el gobierno apoyado por los militares y los egipcios moderados que lo respaldan.

El comienzo de la audiencia se demoró casi dos horas debido a lo que algunos funcionarios —que hablaron con la condición de no ser identificados— dijeron fue una disputa por la negativa de Morsi a usar el uniforme de la prisión, parte de su rechazo a la legitimidad del juicio.

El juez, Ahmed Sabry Yussef, tuvo que aplazar dos veces la audiencia debido a que los cánticos de los coacusados interrumpían el proceso. El juicio quedó aplazado hasta el 8 de enero para permitir a los abogados de la defensa revisar documentos, afirmó el secretario judicial. Los abogados indicaron que el juez determinó que tengan acceso a sus clientes en la prisión.

No estaba en claro por el momento dónde fue conducido Morsi después del aplazamiento. En un principio la televisión estatal informó que sería transferido a la prisión principal en El Cairo, donde están sus coacusados. Pero después informó que sería trasladado a una cárcel en el desierto cerca de Alejandría.

Los militares indicaron que derrocaron a Morsi sólo después que millones de personas se movilizaron para exigir su remoción, acusándolos a él y a la Hermandad de tratar de subvertir la ley e imponer su voluntad.

Por su parte, los partidarios de Morsi acusan a los militares de aplastar la naciente democracia desconociendo los resultados de elecciones múltiples ganadas por los islamistas desde el derrocamiento en 2011 del dictador Hosni Mubarak en un levantamiento popular.

Los defensores de los derechos humanos han manifestado preocupación en torno a la imparcialidad del juicio, ya que tiene lugar en medio de una represión masiva de la Hermandad y sus aliados islamistas, en la que miles de personas han sido arrestadas y cientos han muerto.