Retos de Zapatero para los próximos años


José Luis Rodrí­guez Zapatero (I), presidente español, recibe la felicitación de la diputada Marí­a Teresa Fernández de la Vega, tras entregársele su segundo mandato.

El combate a la desaceleración económica, la lucha contra ETA y soluciones a la falta de agua en Cataluña (noreste) estarán entre las principales tareas del socialista José Luis Rodrí­guez Zapatero, que fue investido hoy para un segundo mandato al frente del gobierno español para otros cuatro años.


Zapatero fue investido con la mayorí­a simple de los votos del Congreso de los Diputados, 169 de un total de 350.

Sólo le votaron los diputados de su partido en una segunda ronda, lo que no es relevante para gobernar, para lo cual buscará apoyos puntuales de los demás partidos con el fin de aprobar las leyes.

Zapatero ya ha anunciado que el gobierno debe hacer frente a la «desaceleración» económica que sufre España, arrastrada por la situación mundial.

Este frenazo puede hacer que descienda su notable crecimiento en los últimos años del 3,8% de 2007 (por encima del de la Unión Europea) hasta el 1,8% vaticinado esta semana por el Fondo Monetario Internacional (FMI).

A esto se añade un mayor desempleo, que habí­a bajado considerablemente, hasta cerca del 8%, y se prevé que llegue al 9,5% en 2008 y al 11% en 2009.

Y el incremento de la inflación, tradicional caballo de batalla español, que tras meses de subidas este viernes alcanzó un récord en 11 años (4,6%) después de años de descensos.

La desaceleración afecta sobre todo al sector de la construcción de viviendas, que creció de manera espectacular en la última década y que ve cómo muchos trabajadores se quedan sin empleo.

Por eso, Zapatero anunció esta semana un plan de choque «a corto plazo» y otras medidas para hacer frente a este panorama aliviando la economí­a de las familias, afectadas por la subida de los intereses de las hipotecas, a las finanzas de las empresas y para recolocar a los desempleados.

El otro gran objetivo de Zapatero es diseñar junto con los demás partidos «una estrategia antiterrorista» contra la organización independentista armada vasca ETA, después de su intento fallido de negociar con ella el fin de la violencia en su anterior legislatura.

Pero aunque Zapatero ha insistido en que no volverá a negociar con ella, el principal partido de la oposición, el conservador Partido Popular (PP), que se opuso duramente a aquel proceso, le mira con «desconfianza» y ha dicho que esperará a ver la propuesta concreta del gobierno socialista.

En paralelo queda por ver qué pasará en el Paí­s Vasco, para el que tanto el ejecutivo como el Partido Nacionalista Vasco (PNV, moderado), en el gobierno regional, se han mostrado a favor de ampliar las atribuciones para la región, en la lí­nea de lo ya hecho para seis regiones españolas en la última legislatura.

Pero Zapatero se opone al referéndum que el presidente del gobierno vasco quiere celebrar a finales de 2008 para que la población se pronuncie sobre el futuro de la región, por ir en contra de la Constitución.

La escasez de agua en Cataluña, que ya centra los debates nacionales, obligará al gobierno a proponer una solución frente a las múltiples opciones que defienden socialistas catalanes, nacionalistas y otros grupos, que desde hace años enfrentan a varias regiones españolas y que contemplan hasta traer agua de Francia.

En polí­tica exterior, la recomposición de las relaciones con Estados Unidos y su nuevo presidente tras cuatro años de frialdad causada por la salida de las tropas españolas de Irak estará entre sus principales objetivos.

Un acuerdo con el PP sobre los miembros de los órganos de justicia y la reforma del sistema de financiación de las regiones serán otras tareas que le esperan a Zapatero para los próximos cuatro años.

Investidura


El socialista José Luis Rodrí­guez Zapatero fue investido hoy presidente del gobierno español por otros cuatro años por el Congreso de los Diputados, que le apoyó por mayorí­a simple en una segunda votación.

Zapatero recibió 169 votos, los de sus diputados socialistas, frente a 158 en contra -la mayorí­a de ellos de los 154 representantes del opositor Partido Popular (PP, conservador)- y 23 abstenciones, principalmente de los partidos nacionalistas catalanes y vascos, como estaba previsto.

El dirigente socialista no habí­a conseguido el miércoles la mayorí­a absoluta, de 176 escaños de un total de 150, requerida para ser elegido en la primera votación.

El Partido Socialista Obrero Español (PSOE) de Zapatero ganó las elecciones legislativas del 9 de marzo con el 43% de los votos y 169 escaños, frente al 40% de los votos y 154 escaños del PP.

Que el presidente del gobierno sea elegido en una segunda votación no perjudicará a su Ejecutivo, que gobernará en solitario y buscará apoyos en los demás partidos para aprobar leyes en el Congreso.

Zapatero, que fue elegido por primera vez en 2004, reiteró antes del voto del viernes su voluntad de «buscar el acercamiento de posiciones (…) para llegar a acuerdos en asuntos de Estado con todos los grupos».

Y reclamó la «colaboración singular de la primera fuerza de la oposición», el PP, para acordar temas de estado como «trazar una estrategia antiterrorista para terminar con ETA», acordar la composicón de los órganos de justicia y preparar la presidencia española de la Unión Europea (UE) en 2010.

Asimismo reiteró el «papel relevante» que tendrá América Latina en su polí­tica exterior, en la que dijo querer que «España se identifique para siempre con la paz, la legalidad internacional y la cooperación al desarrollo».

El lí­der de la oposición conservadora, Mariano Rajoy, aseguró que su partido «quiere acuerdos de Estado» y «está dispuesto» a buscarlos, tendiendo así­ la mano a la voluntad de Zapatero.

Pero volvió a tachar de «insuficientes» las medidas contra la desaceleración anunciadas esta semana por Zapatero, diciéndose «preocupado» por la situación económica, el aumento de la inflación y las magras previsiones de crecimiento para España del Fondo Monetario Internacional (FMI), del 1,8% en 2008.