Retomemos el camino… alcalde Arzú… pero no el de las privatizaciones que durante su gobierno se produjeron, y de las cuales, aún pasado el tiempo, se dice que no fueron precisamente modelo de honradez pues las empresas  se entregaron a los señores  del sector privado, dejando sin empleo a miles de guatemaltecos…y hoy a diez años cuando hay derrumbes en las carreteras,  no se ve más a los trabajadores de caminos descombrando, pero tampoco aparecen los otros, sino hasta muy entrado el dí­a no alcalde Arzú… así­ no retomamos el camino.

Retomemos el camino… alcalde Arzú… pero no el de la violencia, recuerda el 26 de abril de 1998 cuando se produjo  la  muerte de monseñor Gerardi,  durante su gobierno.  Claro si usted rápidamente  se adelantó a declarar que era un crimen común y no uno polí­tico, para  enterarnos  luego con sorpresa y dolor como  oficiales de su Estado Mayor Presidencial, los que estaban directamente a sus órdenes, fueron  juzgados y sentenciados por ese crimen.

Retomemos el camino… alcalde Arzú… pero no el del secuestro, que se  acrecentó durante su perí­odo presidencial y qué decir del incontrolable  robo de bancos  que desató balaceras en distintos puntos de la capital arriesgando la vida de los ciudadanos. Bueno  y que hay de las escasas incautaciones de drogas durante su perí­odo presidencial dejando paso a que   el narcotráfico se posesionara de grandes extensiones territoriales del paí­s, llegando hoy a ocupar casi un 80 % del territorio nacional, En su  gestión  igualmente se  permitió que se fortalecieran  las pandillas criminales, que hoy son azote de la sociedad guatemalteca involucrando a jóvenes, hombres y mujeres incluso  de 10 años que  matan impunemente a guatemaltecos  trabajadores por no pagar las extorsiones de que son ví­ctimas

Retomemos el camino… alcalde Arzú… pero no con sus  actitudes prepotentes, insolentes y despectivas.  Así­, mejor sigamos adelante sin usted, que como dicen lobos con piel de cordero que sale hoy a pedir  aliársele para formar una tercera fuerza, para retomar el camino, ese que se perdió desde que entregó Belice y  deambuló de un partido polí­tico a otro en busca como todos, del poder y la riqueza que  brinda la Presidencia, sin asumir verdaderamente  que era eso  lo que buscaba;  como ahora lo que pretende  es dividir al votante en la capital, en beneficio de unos  pocos, incluyéndose por supuesto   y en contra de muchos guatemaltecos honrados  y trabajadores a quienes sus malas  acciones del pasado les alcanzaron y hoy se encuentran sumidos en la pobreza la desesperación y la violencia.