Retiro de Irak


Operativo. Un contingente de soldados iraquí­es y estadounidenses revisan a un hombre en la ciudad de Bagdad.

El Senado de Estados Unidos debatirá hoy una ley vinculante para el retiro de las tropas norteamericanas de Irak en un año, en un nuevo enfrentamiento con el gobierno del presidente George W. Bush, quien advirtió que vetará la legislación.


La cámara alta discutirá una partida de emergencia de 121.600 millones de dólares para los militares estadounidenses en Irán y Afganistán en un proyecto que también fijarí­a una fecha lí­mite estricta –marzo de 2008– para el retiro de la mayorí­a de las fuerzas de combate.

La Cámara de Representantes aprobó el viernes, en un voto histórico, un proyecto similar, aunque su versión pide el retiro para el 31 de agosto de 2008. Este proyecto contempla 124 mil millones de dólares para la guerra.

Bush prometió que utilizarí­a su derecho de veto para bloquear esa medida, mientras el vicepresidente Dick Cheney prometió el sábado que el gobierno no permitirá un retiro temprano de las fuerzas norteamericanas en Irak.

«Un retiro precipitado de nuestra coalición disiparí­a muchos de los esfuerzos que se han hecho en la guerra global contra el terrorismo y resultarí­a en un caos y un peligro creciente», dijo Cheney.

«Por nuestra propia seguridad, no nos vamos a quedar pasivos y dejar que eso suceda», añadió.

Bush puede rechazar los proyectos sólo en su totalidad, y no puede vetar la fecha lí­mite del retiro de tropas sin rechazar al mismo tiempo la financiación.

El mandatario advirtió el sábado que si el Congreso no aprueba los nuevos fondos para Irak y Afganistán antes del 15 de abril, las fuerzas en ambos paí­ses «sufrirán trastornos considerables».

«Mi gobierno ha presentado un camino razonable hacia adelante (…) garantizando a nuestros hombres y mujeres de uniforme los fondos y la flexibilidad que necesitan para vencer en Irak», declaró.

«No es demasiado tarde para trabajar juntos. Por el bien de nuestra nación, les pido a los lí­deres demócratas en el Congreso que aprovechen la oportunidad (…) y pasen de las declaraciones polí­ticas a la acción bipartidaria», añadió.

Aun cuando la mayorí­a de los republicanos respaldan al presidente, la insatisfacción con la situación en el terreno en Irak se siente profundamente en ambos partidos.

Ayer, el senador repulicano Chuck Hagel anunció que junto a un colega demócrata iba a proponer uan ley vinculante que impone condiciones para estabilizar Irak.

«El senador Jim Webb y yo presentaremos un proyecto que tendrá fuerza de ley que dejará claras (las condiciones de) la futura participación de nuestras tropas y nuestro paí­s», indicó Hagel.

El debate de hoy marca el más reciente capí­tulo de un tenso enfrentamiento entre la Casa Blanca y el Congreso controlado por los demócratas. í‰ste se encuentra bajo fuertes presiones de su electorado para alcanzar una manera de terminar la guerra, ahora en su quinto año, y que para la mayorí­a de los estadounidenses se trata de un error.

121,600 millones de

dólares

Presupuesto para las tropas estadounidenses en Irak y Afganistán para este año.

Contactos

El embajador estadounidense en Bagdad, Zalmay Khalilzad, reconoció hoy haber mantenido contactos con representantes de grupos insurgentes en Irak, donde nuevos hechos de violencia causaron la muerte de once personas, entre ellas cinco soldados norteamericanos.

«Hemos discutido con grupos que no han participado en el proceso polí­tico, con grupos que mantienen contactos con agrupaciones insurgentes», afirmó el embajador en una conferencia de prensa.

«Se trata de grupos (con los que conversamos) que opusieron resistencia al cambio democrático. Nuestro objetivo es la reconciliación», manifestó Khalilzad, quien precisó que no ha mantenido contactos con grupos «terroristas».

«Nos concentramos en la amenaza de Al-Qaeda. Es el objetivo del Gobierno y de varios de estos grupos. Al-Qaeda intenta intimidar a estos grupos y disuadirlos de cooperar con el Gobierno y la coalición. Es una verdadera lucha en la parte sunita de Irak», estimó el embajador.

«Esto forma parte del programa de reconciliación. Intentamos aislar cada vez más a los grupos de Al-Qaeda», aseveró.

Varias agrupaciones de ideologí­a y, en ocasiones, de intereses divergentes se enfrentan a las fuerzas estadounidenses e iraquí­es en el convulsionado paí­s de Oriente Medio.