El ministro británico de Defensa, Des Browne, prometió que Londres retirará varios miles de hombres de Irak de aquí a finales del 2007, al tiempo que advirtió a Teherán que si no se convierte en «un socio constructivo» en Medio Oriente enfrentará un creciente aislamiento.
«Puedo decirles que de aquí a fines del año próximo, preveo que las tropas (británicas) en Irak serán reducidas de manera significativa», declaró Browne en un discurso pronunciado hoy en el reputado Instituto de Relaciones Internacionales en Londres, conocido como Chatham House.
El titular de Defensa precisó que la reducción de tropas en Irak concierne a «varios miles de hombres», al tiempo que señaló que ese plan «está en marcha desde hace varios meses».
«No quiero que ni un solo soldado (británico) permanezca en Irak más tiempo de lo necesario», subrayó Browne en su discurso, en el que presentó los grandes rasgos de la estrategia para reducir la presencia militar británica en Irak.
«Quiero garantizar que ni uno solo de los 7.000 soldados británicos, miembros de la Marina o de la aviación, permanecerá en Irak más tiempo de lo necesario», insistió el ministro.
Aseguró también que, pese al creciente nivel de violencia en el país árabe, que fue invadido militarmente por Londres y Washington en marzo de 2003, la estrategia de la coalición «está progresando» en Irak.
Browne acusó principalmente a la red terrorista Al-Qaeda de la creciente violencia en Irak, que cada día se cobra decenas e incluso centenares de vidas, principalmente de civiles iraquíes.
Al-Qaeda «sigue representando un desafío serio», admitió Browne. «Pero sabemos cómo responder» a ese reto, aseguró el ministro, que acusó también de esa violencia a los insurgentes sunitas.
Pero Browne centró sus reproches en Irán, país que acusó de no usar bien la gran influencia que tiene sobre su vecino.
«Irán tiene una influencia en Irak: el poder de bajar o de aumentar la tensión, de abrir o de cerrar el diálogo», declaró el ministro, antes de subrayar la preocupación que le causa a Londres esa fuerte influencia iraní en los asuntos iraquíes.
«El apoyo, en el interior de Irán, va para los grupos que atacan a nuestras fuerzas, así como también a grupos que alimentan la violencia sectaria. Es inaceptable», afirmó Browne.
Casi el 90% la población iraní es chiita, y se estima que el régimen iraní de Mahmud Ahmadinejad posee una fuerte influencia en la insurgencia chiita en Irak, que combate a la comunidad sunita.
El comportamiento «contraproductivo» de Irán «sigue siendo una causa de gran inquietud», insistió Browne, y advirtió a Teherán que si no se convierte en un socio constructivo en Medio Oriente, deberá afrontar las consecuencias de un aislamiento cada vez mayor.
«El mensaje a Irán es sencillo: que sea un socio constructivo (…) o hará frente a un aislamiento creciente», advirtió Browne, que también mencionó en su discurso a Siria, el otro país que a Londres le gustaría ver desempeñar un rol positivo en la búsqueda de paz en el convulso Medio Oriente.
El ministro opinó que «incluso Siria» está dando señales de apoyo y recordó que Damasco restableció recientemente sus relaciones diplomáticas con Bagdad.