La fecha límite para la retirada militar de Irak fue una de las prioridades del presidente Barack Obama, apenas asumió al frente de la Casa Blanca el 20 de enero.
Obama dijo este viernes que los informes desde Irak son «positivos» pese a la escalada de violencia registrada a pocos días del repliegue de las zonas urbanas iraquíes.
«Siempre que explota una bomba en Irak, nos preocupa», dijo Obama en rueda de prensa. Pero el embajador en Bagdad, Chris Hill, y el jefe de las tropas en Irak, general Ray Odierno, «siguen siendo globalmente positivos sobre las grandes líneas (de la estrategia militar) en Irak», agregó.
Los analistas coinciden en que la retirada militar de las ciudades será menos espectacular de lo que se podría pensar, ya que todavía podrán intervenir en zonas urbanas en caso de que así lo soliciten las fuerzas de seguridad iraquíes.
Pero también admiten que la operación, que tendrá lugar en medio de una escalada de la violencia antichiíta, será una especie de examen previo al total repliegue militar estadounidense de Irak.
«Es un examen muy importante», estimó Noah Feldman, profesor de la Universidad de Harvard. «No sólo para los servicios de seguridad iraquíes, sino también para saber si la situación política se estabilizó», dijo.
«El equilibrio de los poderes en su conjunto será sometido a prueba», añadió Feldman, quien participó en la redacción de la constitución iraquí.
Obama, que se manifestó insatisfecho con la situación en Irak, pese a que la seguridad ha mejorado, dijo el viernes que el gobierno del primer ministro Nuri al-Maliki debe reforzar sus fuerzas de seguridad.
«También deberá aceptar una negociación política para las elecciones nacionales», enfatizó el mandatario. «No he visto el avance político que me gustaría ver en Irak», agregó con respecto al diálogo entre sunitas, chiítas y kurdos, las tres principales colectividades en que se dividen los cerca de 30 millones de iraquíes.
En un informe al general Odierno, el experto Anthony Cordesman subrayó que Estados Unidos «aún no ganó en Irak y sigue enfrentado a riesgos graves», como por ejemplo las divisiones entre árabes y kurdos, y entre musulmanes chiítas y sunitas. Y sugirió aumentar la ayuda económica para Irak.
«Nuestro objetivo debería ser crear un Irak completamente independiente y seguro a la vez. Eso significa crear una suerte de sociedad estratégica capaz de contener a Irán sin provocarlo», enfatizó el experto.
El Pentágono reconoce que el riesgo es real, pero asegura que puede ser contenido. «Evidentemente aquí, y en la región, está esa inquietud de que nuestra retirada cree un vacío que Irán podría llenar», admitió un alto dirigente del Departamento de Defensa norteamericano.
«Pero hay dos remedios para eso», añadió la fuente que pidió el anonimato. «El primero es el nacionalismo iraquí. El segundo deberían ser los vecinos de Irak que tampoco quieren ver a Irán ocupar ese vacío», aseguró.
Las ceremonias de retirada tendrán lugar el lunes y el gobierno iraquí ha declarado fiesta nacional el martes, fecha oficial del repliegue estadounidense de zonas urbanas, donde sólo permanecerán algunas fuerzas de entrenamiento y asesoramiento. La gran mayoría de los 131.000 efectivos actuales quedarán acantonadas en sus bases fuera de las ciudades.
Además del traspaso de la mayoría de sus bases, Estados Unidos completará la entrega de sus 8.500 vehículos militares Humvee a las fuerzas iraquíes, y liberará o trasferirá a custodia iraquí a unos 11.000 detenidos.
Bagdad y Washington firmaron en noviembre de 2008 un acuerdo que fija el año 2011 como plazo para la completa retirada estadounidense de Irak.