Retienen código genético del botulismo


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Investigadores de salud pública de California dijeron haber descubierto el primer tipo nuevo de botulismo en cuatro décadas, pero decidieron abstenerse de publicar su código genético alegando que les preocupaba que alguien lo use con fines de bioterrorismo.

SACRAMENTO Agencia AP

Este año se enfermó un bebé de botulismo pero sobrevivió, informó el Departamento de Salud Pública del estado de California. No se hicieron públicos más detalles.

Los investigadores publicaron el caso en el ejemplar de octubre de la revista Journal of Infectious Diseases, pero no incluyeron la secuencia genética. La decisión se tomó después de consultas con el gobierno federal, precisó el investigador principal Stephen Arnon en entrevista al diario Sacramento Bee (http://bit.ly/1gITCHu).

No existe un tratamiento todavía para la nueva cepa del botulismo y se teme que posibles terroristas puedan utilizar la información del código genético para desarrollar un arma biológica.

«Las recomendaciones del gobierno federal fueron claras sobre los riesgos potenciales de la publicación de la secuencia genética», dijo Arnon al periódico. «Hubo acuerdo entre todos los involucrados en las discusiones de que se podría publicar esta información para lograr los beneficios científicos y de salud pública de compartir el hallazgo, salvaguardando la seguridad nacional», agregó.

El botulismo, una enfermedad rara pero grave que puede conducir a la parálisis, es causado por una neurotoxina producida por una bacteria. Cada año se reportan unos 145 casos de botulismo en Estados Unidos y alrededor del 65% son de botulismo infantil, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés).

El Departamento de Salud Pública de California es una de varias agencias estadounidenses responsables del desarrollo de tratamientos para las cepas de botulismo. Desarrollar una antitoxina toma por lo general uno o dos años.

En un comentario editorial que acompañó a la publicación del estudio, el profesor de medicina y microbiología en la Universidad de Stanford David Relman escribió que apoyaba la decisión de no publicar la secuencia genética todavía.

«Ciertamente hay más conciencia de la posibilidad de hacer daño —no sólo los medios y la capacidad de hacer daño_, sino también por el hecho de que parece que hay más personas que expresan ese tipo de perspectiva e intención», dijo Relman al Bee.