Restringe circulación durante Pascua


Israel restringió la circulación desde Cisjordania y el acceso a la Mezquita de Al-Aqsa durante la semana que los judí­os celebran la fiesta de Pascua, en un momento de creciente tensión con los palestinos.


En las últimas semanas Jerusalén ha sido escenario de una de las oleadas más grandes de disturbios en varios años, provocados en gran medida por los rumores de que la reconstrucción de una sinagoga del siglo XVII forma parte de un plan de extremistas judí­os de destruir la mezquita de Al-Aqsa, considerada uno de los lugares sagrados más importante del Islam.

Los rumores se producen en un momento de tensión entre palestinos e israelí­es, tras el anuncio de los planes de expansión de las colonias judí­as en Jerusalén Este, que enfureció a Estados Unidos y generó escepticismo sobre las negociaciones de paz en la región.

La policí­a israelí­ anunció que todos los hombres musulmanes de menos de 50 años no podrí­an ingresar al complejo religioso, sagrado tanto para judí­os como para musulmanes. La policí­a no indicó cuándo se levantarí­a la restricción.

Las autoridades también restringieron el acceso a Israel desde Cisjordania, cerrando algunos puestos de control al tráfico general y permitiendo el ingreso solamente por cuestiones médicas o de ayuda humanitaria, y de profesionales y estudiantes con permisos.

Las restricciones de circulación en Cisjordania, que suelen ser adoptadas cada año durante la época de Pascua, serí­an levantadas el 6 de abril.

La Policí­a israelí­ indicó que estarí­a preparada para impedir cualquier intento de extremistas judí­os de ingresar al sitio o de activistas musulmanes de provocar alguna manifestación anti-israelí­.

«Miles de policí­as… han sido desplegados por toda la ciudad», aseguró el comandante Nissim Edri el domingo a la radio pública israelí­.

La Explanada de las Mezquitas, donde se encuentran la mezquita de Al-Aqsa y la Cúpula de la Roca, es considerada el tercer lugar más importante del Islam y el más importante por los judí­os, que lo llaman el Monte del Templo.

Los musulmanes son extremadamente sensibles a cualquier cambio en el estatus del complejo religioso y muchos creen que los judí­os planean construir un nuevo templo en la explanada, sobre el sitio del Segundo Templo destruido por los romanos en el año 70.

Aunque varios grupos extremistas judí­os han jurado construir un tercer templo sagrado, las autoridades polí­ticas y religiosas de Israel han rechazado la idea en repetidas ocasiones.

El estatus de Jerusalén es uno de los asuntos más espinosos en las negociaciones entre Israel y Palestina, y ha estado sobre el tapete desde que los esfuerzos recientes de Estados Unidos por revivir el proceso de paz se toparon con la resistencia de Israel a detener la expansión de viviendas judí­as en Jerusalén Este.

La ruptura ocurrió tras una visita del vicepresidente estadounidense Joe Biden a Israel durante la cual se anunció, el pasado 9 de marzo, la construcción de 1.600 viviendas en las colonias judí­as.

El presidente estadounidense Barack Obama se reunió la semana pasada con el primer ministro Benjamin Netanyahu y le pidió tomar una serie de medidas que restauraran la confianza entre las partes, indicaron oficiales de la Casa Blanca.

Benny Begin, un miembro del gabinete de seguridad israelí­, aseguró a la radio pública el lunes que las exigencias de Washington serí­an contraproducentes.

«La presión ejercida por los estadounidenses tendrá el efecto opuesto e incitará a los palestinos y árabes a adoptar posiciones más extremas», indicó Begin.

«Jerusalén unida es la capital de Israel y de ninguna manera renunciaremos a nuestra soberaní­a», añadió.

Israel anexionó Jerusalén Este en 1967, decisión que no ha sido reconocida por la comunidad internacional. Los palestinos consideran que Jerusalén Este es la capital de su futuro estado.