Respuesta al señor Duke


Rodolfo Santizo, A-1 747503

Buenas tardes estimados señores de tan distinguido e imparcial medio de comunicación escrita.

Por este medio solicito a ustedes la publicación de la presente carta como un derecho de respuesta al sagrado derecho de la libre emisión del pensamiento y por el respeto que merecen los lectores que no pensamos igual al señor Duke.

En su carta publicada en la sección Opinión en el Diario la Hora del dí­a 16 de marzo, el señor Duke se dedica a despotricar contra algunas personalidades de la polí­tica actual en su mayorí­a de tendencia izquierdista y arremete contra algunas ex figuras públicas de gobiernos anteriores, pero extiende su lengua acusadora contra figuras relevantes de izquierda que han salvado en alguna medida la confianza en los mal llamados padres de la Patria, Nineth Montenegro ha sido una de las mujeres y diputada que más ha combatido los negocios turbios que se llevan a cabo bajo la mesa de muchos diputados, asimismo de señalar como únicos responsables a la guerrilla de volar puentes, torres eléctricas y otros tipos de infraestructura, se olvida el señor Duke que esas mismas actividades eran cometidas por el mismo ejército, como una forma de provocar caos y de esa manera conseguir las ayudas millonarias que posteriormente se las robaban entre los altos oficiales, a eso se le conoció como terrorismo de Estado, se le olvida a este señor que Rigoberta Menchú no anduvo desprestigiando al paí­s, quienes lo han desprestigiado son personas como él, carentes del conocimiento de nuestra historia reciente o en el peor de los casos, un señor que padece amnesia para su beneficio, pues los hechos denunciados por Rigoberta Menchú, todos han sido verificados y presentados como testimonios reales del conflicto armado interno en un documento llamado REMHI, algo que el señor Duke me imagino no conoce, pero sí­ se atreve a escribir falsedades dignas de cualquier servil de ciertos grupos de poder, llámase ejército o sector empresarial organizado, es de recordarle al referido señor que como consecuencia del informe contenido en el REMHI (RECUPERACIí“N DE LA MEMORIA HISTí“RICA), fue asesinado monseñor Juan Gerardi sin que hasta la fecha el crimen haya sido clarificado en su totalidad, es fácil tirar al piedra y esconder la mano, y no hay peor sordo que el que no quiere oí­r, es fácil detectar porque en Guatemala el ambiente convulsivo no se puede resolver, debido a personajes como el señor Duke, que ya quisiera estar en los tiempos oscuros de los chafas asesinos, para darle rienda suelta a sus instintos racistas y oligárquicos, gracias a Dios el tiempo de estos dinosaurios arcaicos ya está pasando y nos les quedará otra que someterse al imperio de la verdad que dí­a a dí­a sigue fluyendo como manantiales de agua fresca que calmaran la sed de justicia del pueblo, cuando se condenen a genocidas declarados como Rí­os Montt, Benedicto Lucas, Otto Pérez Molina y tanto asesino ex militares, que por cierto no menciona a ninguno el caballero en mención, algo que lo hace quedar como una persona parcializada en su opinión, pues niega toda la verdad que se la ha puesto enfrente desde que se firmaron los Acuerdo de Paz hace ya mas de 10 años.

El premio Nóbel de Rigoberta Menchú, como todos los de su género lleva un alto contenido polí­tico, otro aspecto que al señor Alfredo le sorprende, algo que lo deja como una persona neófita en cuanto al tema de los nóbel, especialmente al que de la paz se refiere, sin menospreciar la calidad humana de la señora Estela Molina, lo que se hizo en aquel momento al adjudicar el premio a la señora Menchú, fue pegarle un coscorrón bien dado al gobierno guatemalteco de la época, para que se abrieran las puertas a la búsqueda de la reconciliación y aplicación de la justicia, algo que sigue al sol de hoy todaví­a en pañales.

No habrá paz, sin justicia.