Respiro olímpico


Alejandro_Quinteros

Con la inauguración de los juegos olímpicos el viernes pasado, el mundo entero dio un respiro. Muchos hemos enfocado una porción de la capacidad de nuestros sentidos en la actividad deportiva, especialmente en la actuación de nuestros atletas, quienes desde el desfile mostraron una actitud muy positiva, reflejando sus deseos de dar su mejor esfuerzo por Guatemala y por ellos mismos.

Alejandro Quinteros


Ya el sábado por la mañana los guatemaltecos pudimos ver como Kevin Cordón en bádminton, lograba ganar su primer juego en unas olimpiadas ante el sueco Henri Hurskainen, quien dio batalla durante todo el juego. El domingo amanecíamos siendo testigos de la gimnasta Ana Sofía Gómez quien logró liderar su subdivisión y clasificar a la final de la especialidad “todo evento” en la posición dieciséis de noventa y ocho competidoras.

Ana Sofía logró esa clasificación pasando por encima de algunas representantes de países que son potencias en el deporte, como China, Canadá, Australia e incluso la misma anfitriona de los Juegos, Gran Bretaña.

Los guatemaltecos debemos ser conscientes de que el nivel de dificultad de este tipo de competencias es altísimo y que el simple hecho de que nuestros atletas hayan ganado una posición para participar, es ya un motivo de orgullo. Aun así, en la historia de las justas, varios de nuestros atletas han escalado a las más altas posiciones, quedando algunos muy cerca de conquistar las tan ansiadas medallas.

Estas justas generan muchas cosas positivas, una de ellas es que nuestro país logra, al menos por unos días, ser uno solo alrededor de estos héroes que dejan todo para hacer un buen papel. Los guatemaltecos dejamos de pensar en ladinos o indígenas, ricos o pobres, altos o bajos, gordos o flacos, blancos o morenos, la polarización queda atrás y pensamos en lo que realmente importa, en que todos somos guatemaltecos.

Lo triste es que siempre hay algún aspecto que ensombrece la participación de los atletas en este tipo de eventos. Y es que salen a flote cuestionamientos como el porqué de tantas personas que viajan junto a las delegaciones, que si los atletas han recibido suficiente apoyo durante el ciclo o el porqué no se da prioridad a deportes que históricamente nos han llevado más lejos, entre otros.

Las instituciones relacionadas al deporte federado y olímpico no han contado con la mejor de las famas, son muchas las historias que se escuchan relacionadas a corrupción, nepotismo, favoritismos, etc. Han sido públicos muchos casos de atletas que apenas reciben apoyo oficial y que tienen que buscar por sus propios medios la forma para seguir su vocación deportiva y participar en eventos deportivos dentro y fuera del país.

Lo más triste de esto es que muchos de esos casos no se logran resolver ni siquiera en el largo plazo. Y es que muchos atletas callan por evitar, pues son tan fuertes los poderes enquistados en la dirigencia de algunas federaciones y asociaciones, que hablar significa ser excluido de cualquier oportunidad futura. Así es que la impunidad prevalece.

A nosotros los ciudadanos nos toca tomar una postura a favor de la transparencia y de la participación prioritaria de los mejores, con suficiente apoyo, pues queramos o no una parte de los fondos de nuestro presupuesto ha sido asignada constitucionalmente a este rubro, que es uno de los que podría dar oportunidades de desarrollo a miles de jóvenes.

Es función de los diputados, especialmente de los miembros de la Comisión de Deportes del Congreso, el fiscalizar el uso de los fondos públicos a fin de que sea eficiente y que dé resultados positivos al país.