Ayer el Tribunal Supremo Electoral fue escenario de un grotesco espectáculo cuando dirigentes del partido oficial prácticamente llevaban arrastrado al Director del Registro de Ciudadanos, el abogado Miguel Solís, quien convaleciendo de un problema en la rodilla fue llevado y traído por los dirigentes de la UNE en una demostración de fuerza que nos hace pensar en aquella frase de que Jalisco nunca pierde y, cuando pierde, arrebata.
Porque no de otra manera se puede entender esa presión pública para forzar a que las autoridades hagan lo que los dirigentes del partido oficial quieren que hagan y cuándo ellos quieren que se haga. Todos los ciudadanos tenemos el derecho de petición y de gestionar por nuestros intereses, pero una forma es pedir y gestionar y otra actuar con esa grosería en contra de uno de los profesionales del derecho más probos y correctos que hay en el país como es el licenciado Miguel Solís Rojas, persona que tuvo que ausentarse varios días de su despacho por un serio problema en la rodilla, lo cual no fue obstáculo para que rodeado de guardaespaldas a sueldo de la UNE lo estuvieran llevando del tingo al tango como forma de presión para que inscriba, cuanto antes y a como dé lugar, a la candidata Sandra Torres que dejó de ser “de Colom†para tratar de que no se le aplique la prohibición constitucional.
Repetimos que es importante respetar el derecho de los ciudadanos y de los partidos políticos para pedir de conformidad con la ley y para gestionar a favor de sus intereses, pero igualmente importante es que se respete la dignidad de los funcionarios del Tribunal Supremo Electoral. Ver las fotos de García Cuyún y Solís Rojas en los medios impresos llama la atención porque demuestra cuánto se les faltó el respeto y eso no se puede tolerar.
El día anterior la misma candidata llegó al TSE para hablar con los funcionarios y por lo que declaró a la prensa no encontró motivo de molestia, pero al día siguiente sus huestes llegaron en forma prepotente para agredir, no hay otra palabra especialmente en el caso del licenciado Miguel Solís Rojas, a los funcionarios para presionarlos a que actúen como ellos quieren que se hagan las cosas.
Ni siquiera en los tristemente célebres días de la inscripción de Ríos Montt, cuando se produjeron hechos realmente lamentables, se hizo ese tipo de acciones en contra de las autoridades electorales. Y si a ello sumamos la misteriosa presencia de piquetes organizados en las calles del centro, no se puede descartar que la tesis sea, realmente, que como Jalisco, si se pierde se arrebata.