Respetará «tregua diplomática» con Taiwán


Miembros del equipo de policí­a de China, especializados en búsqueda y rescate, descargan equipo de trabajo en Puerto Prí­ncipe. AFP Photo / Paul J. Richards

China se abstendrá de utilizar el enví­o de ayuda humanitaria a Haití­ para lanzar una ofensiva diplomática en el Caribe, uno de los últimos bastiones de Taiwán, con el fin de no comprometer la mejora de sus relaciones con la que considera una de sus provincias, según los analistas.


Los restos mortales de ocho policí­as chinos muertos en el terremoto de Haití­ fueron recibidos el martes con todos los honores en Pekí­n, que ha desembolsado una ayuda de emergencia de 30 millones de yuanes (3 millones de euros, 4,5 millones de dólares) y enviado un equipo de rescatistas para socorrer a las ví­ctimas del sismo.

Además, la Cruz Roja China ofreció a su homóloga haitiana un millón de dólares y propuso cooperar en el terreno con Taiwán, que ha declinado la oferta.

En el pasado, China utilizó las crisis que sacudieron Haití­ -uno de los 23 paí­ses que reconoce a Taiwán, la isla donde las tropas nacionalistas se refugiaron tras la toma del poder por los comunistas en el continente en 1949- para ganar posiciones en la región.

De esos 23 paí­ses, la mayorí­a son de Centro América, el Caribe y el Pací­fico. Pero hace dos años y medio Costa Rica rompió el frente en Centroamérica, al establecer relaciones diplomáticas con China y romperlas con Taiwán.

China aceptó en 1994, como miembro del Consejo de Seguridad de la ONU con derecho de veto, no ser un obstáculo para el regreso a Haití­ del presidente Jean-Bertrand Aristide, apoyado por los estadounidenses, tras un exilio de tres años.

Pero puso como condición la apertura mutua de oficinas de representación comercial con Haití­, como etapa preliminar para la normalización diplomática.

Su participación con 125 policí­as en la Misión de Estabilización de la ONU en Haití­ (MINUSTAH), creada en 2004 para asegurar la estabilidad del paí­s tras la renuncia de Aristide, pareció en su momento ocultar segundas intenciones polí­ticas.

Una China cada dí­a más fuerte a nivel internacional ha recuperado progresivamente estos últimos años un puñado de los paí­ses que desde 1949 reconocí­an a la isla nacionalista.

Pero la llegada al poder del nacionalista Ma Ying-jeou, partidario de estrechar los ví­nculos con Pekí­n, cambió las cosas.

«Desde 2008, hay una tregua diplomática, no escrita por supuesto, pero se respeta. Desde la elección de Ma, Taiwán conserva estos 23 paí­ses», recalca Jean-Pierre Cabestan, profesor de ciencias polí­ticas de la Hong Kong Baptist University.

Varios paí­ses latinoamericanos se sintieron tentados de cambiar de bando y pasarse a la República Popular de China, pero Pekí­n les pidió que esperaran.

«Pekí­n se mostró moderada y no le sacó ningún aliado diplomático a Taiwán, aunque tres o cuatro paí­ses, entre ellos Nicaragua y Panamá, que son más ricos y grandes que Haití­, se acercaron a ella en el último año y medio», explica Pan Hsi-tang, de la Universidad Tamkang de Taipei.

Para Jean Walnard Dorneval, representante de la oficina de desarrollo comercial de Haití­ en Pekí­n, «la respuesta de China responde a una necesidad humanitaria».

«No hay segundas intenciones polí­ticas», recalcó.

«Como Ma sufre cierta presión de parte de la oposición (adversa al acercamiento con Pekí­n), el continente no quiere reducir con demasiada fuerza el espacio diplomático de Taiwán», destaca Xu Tiebing, experto en relaciones internacionales.

Pero esto no significa, según Brian Bridges, de la Universidad Lingnan de Hong Kong, que Pekí­n no intente en el futuro sacar tajada de su contribución en Haití­.