Respaldo a declaraciones del Papa


El Papa Benedicto XVI se despide tras la reunión con los cardenales. El Sumo Pontí­fice causó revuelo a cambiar su postura sobre los preservativos, mostrándose más flexible en el tema. FOTO LA HORA: AFP VINCENZO PINTO

Aunque el Vaticano advirtió ayer que no hay nada de «revolucionario» en las palabras del papa Benedicto XVI sobre el uso del condón, feligreses en distintos puntos de Latinoamérica respaldaron mayoritariamente la postura del pontí­fice y opinaron que no sólo es una forma de encarar el sida sino de actualizar a la Iglesia.


En una región predominantemente católica y cuyos gobiernos tienen años distribuyendo preservativos de forma gratuita, como Brasil, que entregó 55 millones de condones para la temporada de Carnaval en febrero, la declaración del Papa conocida la ví­spera fue descrita como una buena sorpresa y un paso de Roma por ir con los tiempos modernos, según entrevistas hechas por The Associated Press.

«Yo nunca lo habí­a escuchado, pero eso me causó un poco de extrañeza», dijo el secretario general de la Conferencia Episcopal de Colombia, monseñor Juan Vicente Córdoba.

Destacó, sin embargo, que «no es que la Iglesia diga que con las prostitutas sí­ se pueda utilizar condón, como si fuera que se aprobara este tipo de vida, sino que se comprende que utilizando el condón se está evitando trasmitir y recibir enfermedades».

Carmen Cecilia Carrero, una empleada pública de 55 años, dijo antes entrar a misa en la capital colombiana que «es una adaptación de la iglesia a una realidad que ya existe…y me parece viable y razonable» aunque opinó que la Iglesia demoró en hablar sobre el tema.

Para Francisco del Valle, un vendedor de carne puertorriqueño, «cuando lo vi en internet no podí­a creer que lo hubiera dicho el Papa. Fue muy sorprendente…creo que realmente es una cosa buena si puede detener la expansión del sida».

Sin embargo, Rob Wardle, oriundo de Nueva York y de vacaciones en San Juan, expresó sus dudas de lo dicho por el Papa represente un gran cambio en la realidad. «Creo que muchos católicos en estos dí­as y esta época viven sus vidas de forma bastante independiente de lo que se dice en el Vaticano», aseguró.

El sacerdote redentorista Pablino Cáceres, ministro de Acción Social de Paraguay, aseguró que «el pensamiento humano ha avanzado mucho y la Iglesia no tiene que quedar atrás». Señaló que «hoy dí­a la Iglesia debe tomar la vanguardia para que sea efectivamente luz para los hombres… Eso no es renunciar a la fe y creo que un condón no tiene que ser motivo para renunciar a la fe», agregó.

Para el sacerdote peruano Gastón Garatea, las palabras del pontí­fice no representan «abrir las puertas al libertinaje sexual, sino que están sustentadas en resguardar la salud de las personas».

La última semana el arzobispo de Lima Juan Cipriani criticó al ministro de Salud Oscar Ugarte por iniciar la entrega de 18 millones de condones donados por Estados Unidos que busca prevenir el sida en Perú.

El estudiante peruano Lucio Torres, de 20 años, aseguró que «no podí­a creer que Benedicto XVI haya dicho eso. Respeto al Papa, pero creo que usar preservativos va contra la palabra de Dios».

Y en Caracas, la vendedora ambulante Hilda Pérez, de 67 años, pareció coincidir al asegurar que no entendí­a el aparente cambio de posición.

«De repente cambió su actitud», dijo Pérez. «Estoy confundida: ¿Cómo es que la Iglesia puede permitir tal cosa?, es contra la voluntad de Dios», añadió.

Pero la venezolana Josefa González, una secretaria de 32 años y dos hijas, afirmó que «ya llegó la hora que la Iglesia dé de cuenta que usar protección no debe ser considerado como un pecado, (sino) que ayuda a evitar el embarazo precoz y enfermedades», como el sida.

En La Paz Jimena Centellas, de 49 años y madres de tres hijos, comentó al salir de misa que si se ratificada la postura papal «me parece un cambio positivo, acorde con los tiempos». Aseguró que «una buena educación sexual debe hacer énfasis en el uso de preservativos para evitar embarazos no deseados».

Regla Torres, una cubana jubilada de 61 años, dijo después de asistir a misa en La Habana: «Yo aquí­ en Cuba no he oí­do que se haya hablado de eso, ni que los medios de comunicación lo hayan dicho, a mí­ me parece que aquí­ en Cuba no le van a dar mucha importancia a eso».

En la ciudad de México, Margarita Erazo expresó estar de acuerdo con el Papa porque el uso de condones evita enfermedades.

El vicario de la arquidiócesis de San Salvador, monseñor Jesús Delgado, indicó que el principio del Papa es «salvaguardar la salud de los seres humanos… pero no centremos el discurso en el condón, eso no, ni el Papa lo centra tampoco. Lean bien el discurso y van a ver que no es el condón el que está defendiendo», acotó.

En República Dominicana Henry Pastrano opinó que la afirmación del pontí­fice es un paso en cuanto a que «acepta un hecho al que la Iglesia no puede dar la espalda». Dijo que «siempre he pensado que la campaña de la iglesia (en contra de los condones) no tiene sentido».

El padre dominicano Candelario Mejí­a, de 37 años, estimó que las declaraciones de Benedicto XVI marcan un paso para que la Iglesia «pueda responder a la gente, con sentido humano» a sus necesidades.

PERCEPCIONES Cambio de imagen


La sorprendente apertura del papa Benedicto XVI al uso del preservativo «en ciertos casos», si bien no cuestiona su prohibición en la doctrina de la Iglesia, constituye un paso «clamoroso» que cambia la imagen ultraconservadora del pontí­fice alemán, según algunos observadores.

En un libro de entrevistas, escrito por el periodista alemán Peter Seewald y titulado «La luz del mundo», que saldrá a la venta el martes en Italia y Alemania, el Papa admite por primera vez que se use el preservativo «en ciertos casos» con el fin de «reducir los riesgos de contaminación» de sida.

En un comunicado oficial, el Vaticano recalcó el domingo el «carácter excepcional» del uso del preservativo en las declaraciones hechas por el Papa e insistió de que su empleo se justifica «solo en algunos casos» y no constituye una «solución al problema».

En la nota, poco usual del Vaticano, el vocero del Papa, padre Federico Lombardi, descarta que las declaraciones del pontí­fice puedan ser definidas como un «cambio revolucionario» y reitera que para los casos excepcionales «el Papa no justifica el ejercicio desordenado de la sexualidad, sino que considera el empleo del preservativo para disminuir el peligro de contagio como «un primer acto de responsabilidad»».

«El Papa dio el paso en un momento maduro ya que se lo esperaban muchos teólogos y conferencias episcopales», asegura este domingo el vaticanista Luigi Accatoli del Corriere della Sera.

La inédita apertura del jefe de la Iglesia católica al uso del preservativo, rechazado hasta ahora con gran firmeza, abre el debate dentro de la institución sobre si aceptar o no su empleo como «el mal menor» para salvar vidas.

Con la apertura «clamorosa», como la calificó a la AFP el vaticanista Marco Politi, el Papa «consiente con cautela» el uso del preservativo veinte meses después de la lluvia de reacciones negativas generadas durante su viaje a ífrica, continente devastado por el sida, cuando aseguró que «agravaba el problema».

Importantes jerarcas de la Iglesia, como los cardenales Carlo Maria Martini y el africano Peter Kodwo Appiah Turckson, se han pronunciado públicamente a favor del empleo del preservativo en casos especí­ficos, como cuando uno de los miembros de la pareja está contaminado.

La nueva posición de Benedicto XVI seguramente influirá en el debate, ya que hasta ahora la Iglesia propone la abstinencia como método de prevención de la enfermedad y ofrece también un rostro más humano y abierto del primer pontí­fice alemán de la era moderna, conocido como el guardián del dogma durante el precedente pontificado.

«Esta vez parece que habla como pastor, con tono tolerante, más que como jefe de la Iglesia. Son declaraciones que no podí­a hacer en forma oficial», sostiene a la AFP el veterano vaticanista Bruno Bartolini.

Para Politi, el Papa se dio cuenta de que «demonizar» el preservativo resultaba «insostenible desde el punto de vista cientí­fico, teológico y moral», aunque hubiera preferido que pronunciara esas palabras en un contexto eclesiástico y no a través de una entrevista.

Frente al debate abierto, varias personalidades cercanas al pontí­fice intentan aplacar el alcance de sus palabras.

«La doctrina católica no cambia, el uso de preservativo está prohibido», tranza Giovanni Maria Vian, director del diario oficial del Vaticano, L»Osservatore Romano.

«El sumo pontí­fice se refiere a un acto de caridad y no al cambio de la doctrina», subraya por su parte el escritor católico Vittorio Messori.

«Es un libro ideado para reparar los daños causados por las crisis mediáticas en cinco años de pontificado», sostiene Politi, quien considera que servirá para «relanzar la imagen de Benedicto XVI».

Para otro renombrado vaticanista, Giancarlo Zizola, del diario Repubblica, las ideas del Papa abordadas en el libro, en el que abarca un gran número de temas, desde pedofilia, celibato, ordenación de mujeres hasta relación con el Islam, el preservativo y los musulmanes, contribuyen a quebrar el «estereotipo» anclado del «perro alemán».

«Resulta un retrato más complejo de (Joseph) Ratzinger y demuestra que es capaz de aprender de los propios errores», escribió.

LIBRO Fragmentos


El papa Benedicto XVI concedió una larga entrevista al escritor alemán Peter Seewad, quien presenta mañana en el Vaticano el libro «La luz del mundo» con un resumen de esas conversaciones. Publicamos fragmentos de la obra divulgados en italiano por el diario vaticano L»Osservatore Romano.

Sexualidad

«Concentrarse sólo en el preservativo quiere decir banalizar la sexualidad y es justamente esa banalización la razón por la que tantas, muchas personas no ven en la sexualidad una expresión de amor, sino una suerte de droga, que se suministran a sí­ mismos».

Preservativo

«Puede haber algunos casos justificados (del uso del condón), por ejemplo cuando una prostituta (prostituto, en la versión en alemán, ndr) utiliza un profiláctico. Ello puede ser el primer paso hacia una moralización, un primer acto de responsabilidad, consciente de que todo no está permitido y no se puede hacer todo lo que uno quiere. Sin embargo, esa no puede ser la verdadera manera para vencer el sida. Es necesaria una humanización de la sexualidad».

Los escándalos por la pedofilia

«No me cogieron del todo por sorpresa. En la Congregación para la Doctrina de la Fe me habí­a ocupado de los casos en Estados Unidos, habí­a visto como crecí­a la situación en Irlanda. Pero la dimensión del escándalo fue un shock enorme».

La Iglesia y los medios de comunicación

«En esta época marcada por los escándalos, experimentamos tristeza y dolor por una Iglesia mí­sera y por los fracasos de sus miembros. Era evidente que la acción de los medios no estaba guiada solamente por la búsqueda de la verdad, sino que habí­a satisfacción en ridiculizar a la Iglesia y, si era posible, desacreditarla. Pese a ello debe quedar claro que cuando se trata de sacar a la luz la verdad, debemos agradecerlo».

La infalibilidad del Papa

«El concepto de infalibilidad del Papa se ha desarrollado en el curso de los siglos. En determinadas condiciones y circunstancias. El Papa puede tomar decisiones vinculantes a través de las cuales queda claro qué es o no fe. Eso no quiere decir que todo lo que afirma es infalible».

Mujeres sacerdotes

«No se trata de no querer, sino de no poder. No hemos sido nosotros los que hemos creado esta forma de Iglesia, seguirla es un acto de obediencia, tal vez una de las obediencias más pesadas. No podemos hacer lo que queramos, tenemos que atenernos a la voluntad del Señor».

Burka

«Sobre el burka no veo razón alguna de prohibirlo en forma generalizada. Se dice que algunas mujeres no lo llevan de forma voluntaria y que en realidad es impuesto con cierta violencia. Por supuesto que con ello no se puede estar de acuerdo. Pero si quieren llevarlo voluntariamente, no sé por qué se les debe prohibir».

Cónclave

«El pensamiento de la guillotina me llegó: ahora cae y me golpea. Estaba convencido de que este cargo no era para mí­ y que Dios, después de tantos años agitados, me iba a conceder un poco de paz y tranquilidad».

«Entendí­ que después de grandes Papas debe haber también pequeños pontí­fices para que hagan su propio aporte».

Tiempo libre

«Veo los noticieros de televisión con mis secretarios y a veces un DVD. Nos gusta Don Camilo y Peppone (célebre libro y pelí­cula italiana sobre el enfrentamiento entre un cura de pueblo y el alcalde comunista en la posguerra, ndr). Escucho música y rezo i Vespri (las oraciones del atardecer, ndr)».

La droga

«El Occidente tiene una responsabilidad terrible. Tiene necesidad de drogas y crea paí­ses que se las suministran, lo que termina por consumirlos y destruirlos. Muchos obispos de América Latina me han dicho que por allá pasa la ví­a del comercio de la droga».

Cansancio

«Me he dado cuenta de que las fuerzas disminuyen, hay que ahorrar energí­a y reservar tiempo al descanso. No uso más la «cyclette» (bicicleta estática, ndr), no hago deporte»

Curiosidades

«Visto siempre con sotana, jamás llevo un jersey. El reloj que tengo era de mi hermana, me lo dejó ella».

«No tengo billetera ni cuenta corriente».