Me había resistido a escribir en torno a las hepáticas reacciones de algunas personas acerca de mi artículo del sábado 3 de este mes, respecto a la mal llamada carretera a El Salvador, pero recientes llamadas telefónicas me inducen a compartir con mis contados lectores sobre la irracionalidad, ignorancia y collonería de cobardes individuos que se esconden en el anonimato.
eduardo@villatoro.com
En esa fecha publiqué comentarios personales a un mensaje que recibí del ingeniero Jorge Morales Aliston, quien se refería a la «desnacionalización» que, según su criterio, implica que se le denomine carretera a El Salvador a la ruta que conduce de la capital al sur oriente del país.
Varios lectores de la páginas Web de La Hora coincidieron con el señor Morales, pero sujetos no identificados que llamaron por teléfono a la casa que habito, me calificaron de resentido social, amargado, frustrado, envidioso, populista, pobre diablo, además de insultarme con palabras soeces.
En cada llamada me limitaba a escuchar y soltaba regocijante carcajada, porque me parecían desproporcionadas las reacciones de esos individuos, incluso mujeres, ante un irrelevante artículo que aborda un tema un tanto inocuo.
Pero sí me llamó la atención el comentario en el sitio Web de La Hora, del señor Julio Chan (ignoro si de ascendencia china, q´eqchí o javanesa), quien llega a vislumbrar «un tinte de resentimiento social» en mi artículo, y se extraña de que haya personas que no les agrada que se llame carretera a El Salvador a la ruta que se dirige a Barberena, entre otros puntos geográficos, y al respecto se pregunta «Â¿Acaso alguien dice algo porque la carretera que lleva al mugroso (sic) Mixco se llame Roosevelt (sic)?
De la lectura de esta frase del señor Chan deduzco que los que vivimos en el municipio de Mixco, somos roñosos, pringosos, asquerosos y otros osos, lo que no ocurre, por supuesto, en el sector donde el pulcro e impoluto don Julio reside (que yo sospecho donde es), y quien, mediante otra pegunta retórica dice que los que no están de acuerdo con llamar carretera a El Salvador al tramo mencionado «Â¿No será que están frustrados porque no les alcanza (la plata) para vivir allí?».
Añade el generoso señor Chan que en la zona 18 matan a vendedores, transeúntes, mensajeros «a gran escala, ¡ah! pero si se muere alguien en la envidiada carretera al (sic) Salvador, es noticia de portada, y eso se llama populismo, se llama resentimiento social». Y yo que pensé que la muerte natural de alguien se llamaba óbito y que el fallecimiento por mano criminal se le tipificaba de homicidio o asesinato.
(El nuevo rico Romualdo Muchopisto, residente en cierta área exclusiva vial, le escribe a su hijo: Estrenamos nueva casa. Si recibís esta carta es que te llegó. Si no, avísame y te la mando de nuevo).