Para muchos guatemaltecos que viven en la capital de la República viajar a la zona central, donde está ubicado el Centro Histórico, constituye una especie de odisea de alto riesgo porque se tiene la sensación de que entre delincuentes y malvivientes, han copado todo ese importante sector de la ciudad. Y en buena medida tiene que admitirse que desafortunadamente los asaltos y robos están a la orden del día en muchos de los sectores céntricos donde los asaltantes pueden escurrirse con facilidad tras cometer sus fechorías sin temor a que se les persiga.
En plan de revitalización del Centro Histórico que incluyó el cambio de uso de la antañona 6ª. avenida para convertirla en vía peatonal en la que se ha estimulado la instalación de varios negocios, tanto de comida como de entretenimiento, ha pagado el precio de ese descuido en el tema de seguridad, puesto que en vez de convertirse en el atractivo para que familias enteras puedan buscar la zona como un lugar seguro para su esparcimiento, en la práctica lo que más han proliferado son bares, perdiéndose la oportunidad de crear un sitio agradable y seguro donde los vecinos de otras zonas puedan disfrutar de tranquilos paseos.
Todo esfuerzo por rescatar el Centro Histórico, que sería en realidad de enorme importancia desde muchos puntos de vista, tiene el valladar del problema de la seguridad porque lamentablemente, como dijo el Ministro de Gobernación, la zona 1 se ha convertido en uno de esos sitios a donde mucha gente de bien tiene miedo de ir porque se sabe de muchos asaltos, además de que la suciedad y el comportamiento de los malvivientes sirve para espantar al más pintado.
Bolitos orinando en plena calle y muchas veces porquería en las banquetas son parte del “paisaje” que ofrece a propios y extraños el centro de nuestra ciudad que no se libra del deterioro general que sufre el área metropolitana por el tema de la inseguridad y falta de educación que se generaliza, porque cuando no es un bolito orinando lo corriente es ver a alguien haciendo gala de su prepotencia, sobre todo si se trata de la gente que se desplaza con impresionantes cuerpos de seguridad por toda la región metropolitana.
La seguridad pública es esencial para garantizar que cualquier zona de la ciudad pueda convertirse en un espacio agradable para los vecinos del Municipio de Guatemala y sus alrededores y la tarea sigue siendo una asignatura pendiente porque lejos de ir recuperando el control de algunas áreas, es evidente que se está perdiendo cada día más. Vivir en la Guatemala de hoy no es habitar una Tacita de Plata, sino obliga casi a vivir a salto de mata.
Minutero
Mientras en esta nación
impere tan gran corrupción
no deja de ser ilusión
hablar de la reconstrucción