La Fiscalía de Guatemala rescató ayer a 40 niños listos para entregar en adopción irregular en Panajachel, un poblado de la ribera del paradisíaco Lago de Atitlán, unos 160 km al oeste de la capital, informó una fuente judicial.
«En una vivienda se localizaron ocho niños, mientras que en otra a otros 32 niños. Las viviendas pertenecen a la Casa de Sión», una organización no gubernamental, precisó la fuente, que pidió el anonimato.
De acuerdo con el informante, en una de las viviendas, se sospecha que los niños fueron objeto de abusos sexuales, por lo que fueron trasladados a un centro asistencial para determinar esa hipótesis.
Todos los infantes fueron puestos a disposición de la Procuraduría General de la Nación, quien se encargará de protegerlos en una de sus casas hogar.
Hasta el momento, no se ha registrado ninguna detención, pero después de los análisis médicos determinarán si piden órdenes de aprehensión contra los cuidadores de los niños, agregó.
Comentó que los allanamientos a estos dos centros se realizaron ante denuncias de vecinos, pero al llegar a las casas determinaron que existían irregularidades en los documentos de los infantes.
El Consejo Nacional de Adopciones (CNA), ente rector en este país para esos procesos, informó esta semana que suspendió de forma indefinida las adopciones de menores guatemaltecos a extranjeros, salvo casos especiales.
La suspensión obedece a que el organismo atiende prioritariamente solicitudes de familias guatemaltecas, casos en transición por cambio de legislación y de sistema, y por el inicio de funciones del organismo, que empezó a operar en enero.
Según organizaciones sociales de Guatemala, antes de que entrara a funcionar el CNA eran frecuentes los robos de niños para adopciones irregulares, toda vez que el negocio generaba unos 200 millones de dólares al año.
Anualmente se daban unos 5 mil niños en adopción, el 90% a familias estadounidenses.