Resarcimiento en alto riesgo


Pago. Ayer se llevó a cabo la entrega de cheques a pobladores de Chimaltenango.

Los fondos de resarcimiento que reciben las ví­ctimas del conflicto armado interno podrí­an motivar un incremento en deudas y violencia dentro de las comunidades donde se están haciendo efectivos los pagos.

Javier Estrada Tobar
lahora@lahora.com.gt

El Programa Nacional de Resarcimiento consta de varios proyectos, entre los que se ofrece asistencia psicológica, búsqueda de familiares desaparecidos, exhumaciones y el de mayor relevancia para las familias de escasos recursos, el resarcimiento económico que ya ha ejecutado Q25 millones en tres municipios de Quiché y Chimaltenango.

Para entregar el pago se lleva a cabo una ceremonia solemne en la que se reúnen las ví­ctimas y sus familias, a quienes se entregan los cheques con fondos que oscilan entre Q22 y Q48 mil, asimismo, se les entrega una carta del Presidente en la que les pide perdón por los daños causados por el Estado durante el conflicto armado interno.

Al terminar la actividad, todos regresan a su casa y se encuentran con el dilema sobre el destino y la inversión que realizarán con su dinero, sin embargo, los pobladores de las comunidades resarcidas aseguran que el clima de hostilidad se incrementa cuando el flujo de capital se fortalece en el sector.

Criminales al acecho

Juan Pérez, lí­der comunitario de San Martí­n Jilotepeque, en Chimaltenango, señala que la violencia y criminalidad se intensifican. «Los mareros vigilan a las familias para ver quiénes tienen cheques y cuándo los van a cambiar».

«Después los extorsionan en sus casas o negocios, los vigilan a dónde van y en qué gastan el dinero, para asaltarlos», indica.

Según Pérez los conflictos se inician en las familias, dentro de las que se discute sobre quién debe manejar los fondos. «Cuando no se ponen de acuerdo empiezan las amenazas y peleas».

Los esfuerzos de la Policí­a Nacional Civil parecen insuficientes para poder proteger a las 521 familias resarcidas en Chimaltenango, quienes están en alto riesgo de ser atacadas después de recibir un importante cheque.

Espejos costosos

Otro de los efectos evidentes en las comunidades resarcidas es la intensificación del comercio de mercancí­as. Las tiendas de productos electrónicos crean programas de pagos para que las personas adquieran productos con financiamiento, comprometiendo de esa manera el bono de resarcimiento.

El secretario de la Paz, Orlando Blanco, señaló que se tiene previsto inducir a los resarcidos con temas de economí­a para que inviertan los fondos en proyectos de desarrollo productivo que les garanticen beneficios en el largo plazo.

No obstante, Pérez señala que la mayorí­a prefiere adquirir televisores, microondas y estéreos en las tiendas de las zonas centrales, ya que los llamativos anuncios y promociones que intencionalmente ofrecen los comerciantes llegan a convencer a las familias pobres.

«Estamos preocupados porque el resarcimiento corre riesgo de perderse por los delincuentes o comerciantes (…), a ellos nos les interesa la pobreza de la gente, sólo quieren ganar», puntualiza.

Perdón


¿Tacuyunumac, kuyunumac o perdón? Pese a que la mayorí­a de la población en San Martí­n Jilotepeque es maya hablante y los idiomas más comunes son el cakchiquel y el quiché, las cartas de perdón que enví­a el presidente ílvaro Colom a las ví­ctimas del conflicto armado interno están escritas en español.

«Es un documento simbólico», indicaron las autoridades en la entrega de las cartas ayer, sin embargo, será sumamente difí­cil para las ví­ctimas comprender el mensaje, a menos de que tengan la asistencia de un traductor especializado en la materia.