Mitt Romney hizo campaña en Carolina del Sur, un estado políticamente importante, en el que se reunían los contendientes republicanos el sábado para un debate centrado en política exterior.
El ex gobernador de Massachusetts busca consolidar su creciente fortaleza en la contienda por la nominación republicana a la presidencia y promueve sus planes para impulsar la economía mientras sus rivales intentan remendar sus campañas en apuros.
La estrategia de Romney es mantener la economía como tema principal en su campaña, lo cual lo ha colocado como líder, y tras bambalinas prepararse para estar listo cuando alguno de sus rivales ascienda en la contienda por ser el republicano que enfrente al presidente Barack Obama.
«Sé que habrá uno o dos más a los que les irá bien en las encuestas, que serán contendientes reales. Esa es la naturaleza del proceso», dijo Romney a periodistas tras pasar el viernes en campaña en un restaurante de costillas asadas cerca de Greenville, Carolina del Sur.
Las dificultades de dos de sus principales contendientes le han dado un impulso a Romney cuando faltan menos de dos meses para que se lleven a cabo las asambleas partidistas en Iowa, la primera contienda formal rumbo a la nominación.
El rival más cercano a Romney, el empresario Herman Cain, se encontraba en Nueva York dando entrevistas en las que se defendía de las acusaciones de que habría hostigado sexualmente a mujeres en la década de 1990.
Y el gobernador de Texas Rick Perry gastaba casi un millón de dólares difundiendo anuncios en el canal conservador Fox News de la televisión por cable con la esperanza de repuntar tras tener un desempeño desastroso en el debate del miércoles, cuando no pudo recordar el nombre de la tercera de tres agencias gubernamentales que dijo cerraría.
Perry estuvo brevemente al frente después de que ingresó a la contienda, pero cayó al último estrato de candidatos tras una serie de pobres desempeños en debates. Su metida de pata del miércoles fue su peor momento hasta la fecha, convirtiéndose en la comidilla de la política estadounidense y en materia prima para los comediantes de televisión.
Perry tendrá una oportunidad más de redimirse en el debate del sábado. Los debates anteriores han versado casi exclusivamente sobre la economía, tema que los republicanos consideran la mayor debilidad de Obama antes de los comicios de noviembre del año próximo.