Republicanos critican a Obama


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Los republicanos aspirantes a la Casa Blanca se reunieron ayer en su primer debate del 2011, en el que criticaron el manejo de la economí­a por parte del presidente Barack Obama y prometieron revocar su ley de los servicios de salud.

Por PHILIP ELLIOTT MANCHESTER / Agencia AP

«Cuando 14 millones de estadounidenses están desempleados necesitamos un nuevo presidente para poner fin a la Depresión Obama», dijo Newt Gingrich, expresidente de la Cámara de Representantes y el primero entre los siete contendientes en el escenario en criticar las polí­ticas económicas de Obama.

La representante Michele Bachmann, invitada como contendiente no anunciado a la nominación del 2012, utilizó la ocasión para informar que durante el dí­a registró su postulación oficial.

Obama se encontraba a cientos de kilómetros de distancia, comprometiéndose en Carolina del Norte a seguir esforzándose por crear empleos mientras los republicanos debatí­an en la Universidad St. Anselm en Nueva Hampshire. Posteriormente el mandatario se dirigió a Florida a un evento de recaudación de fondos.

El evento en Nueva Hampshire se desarrolló más de seis meses antes de que el estado sea sede de la primera elección primaria de la campaña del 2012, y los republicanos en el debate se mostraron mucho más interesados en criticar a Obama que a sus contendientes en el escenario.

El ex gobernador de Massachusetts Mitt Romney, que también buscó la nominación en el 2008, habí­a sido mencionado como el mejor posicionado al comenzar el debate. Pero las encuestas de opinión que lo colocaron allí­ son notoriamente poco confiables en estos momentos de la campaña, cuando relativamente pocos votantes han comenzado a familiarizarse con los contendientes.

Los siete hicieron notar que se oponen al aborto, y en general se mostraron unidos en su oposición a los matrimonios entre personas del mismo sexo, legales en Nueva Hampshire.

Varios de ellos elogiaron una propuesta para enmendar la Constitución, la cual definirí­a el matrimonio como una unión entre un hombre y una mujer, una posición popular entre el electorado conservador. Bachmann dijo que ella la respalda, pero agregó que los estados tienen el derecho a redactar sus propias leyes, y dijo que si es elegida como presidenta, no interferirá en la polí­tica de cada estado.

Los rivales de Obama prácticamente no hallaron nada bueno en la gestión del presidente desde que asumió el cargo en medio de la peor recesión económica desde la Gran Depresión.

El ex senador Rick Santorum acusó al mandatario de buscar «polí­ticas opresivas» que han encadenado a la economí­a.

Por su parte, el ex gobernador de Minnesota Tim Pawlenty consideró que Obama es un «declinador» que ve a Estados Unidos como un paí­s «igual a otros alrededor del mundo», en lugar de verlo como una nación especial.

«Si Brasil puede tener un crecimiento del 5%, si China puede tener un crecimiento del 5%, entonces Estados Unidos puede tener un crecimiento del 5%», agregó, ignorando las crí­ticas de que sus propios pronósticos económicos son imposiblemente idealistas.

El empresario Herman Cain, un novato en la polí­tica, pidió eliminar el impuesto a las ganancias como una forma para estimular la creación de empleos.

Por otro lado, Romney hizo énfasis en su experiencia de empresario durante más de 25 años como evidencia de que puede sacar al paí­s de la persistente recesión.

El representante Ron Paul, el séptimo contendiente en el escenario, afirmó: «Mientras mantengamos un programa que debilita nuestra moneda deliberadamente, nuestros empleos se irán al extranjero. Y eso es lo que está ocurriendo».

Bachmann —la más reciente en integrarse a la contienda— generó uno de los aplausos más sonoros de la noche cuando pronosticó que Obama no será reelegido. Es «un presidente de un sólo perí­odo», afirmó.

Romney dijo que el rescate a las empresas automotrices fue un error, y afirmó: «En lugar de pensar qué deberí­amos recortar del presupuesto federal, deberí­amos hacernos la pregunta opuesta: ‘¿Qué deberí­amos conservar?’»

Gingrich, Bachmann, Romney y Pawlenty se comprometieron a buscar la revocación de la ley sobre los servicios de salud que el Congreso autorizó anteriormente en el perí­odo de Obama. Los otros en el escenario piensan igual.

Tanto Romney como Paul dijeron que Estados Unidos deberí­a retirar sus tropas de Afganistán, pero no estuvieron de acuerdo en una fecha para ello.

El ex gobernador de Utah Jon Huntsman no participó en el evento. Se espera que anuncie su candidatura en algunas semanas.

BACHMANN Nueva candidata


La representante republicana Michele Bachmann, estrechamente vinculada con el movimiento conservador tea party, anunció ayer su intención de contender por la presidencia de Estados Unidos.

Bachmann, la primera mujer que se suma a la contienda para los comicios del 2012, anunció su decisión durante un debate presidencial republicano en Nueva Hampshire. La legisladora, en su tercer perí­odo como representante de Minnesota, habí­a dado ciertas señales de que se inclinaba por postularse, al visitar estados que votan primero, recaudar dinero y criticar al presidente Barack Obama.

«No podemos arriesgarnos a darle al presidente Obama cuatro años más para que desmantele a nuestra nación. Debemos actuar ahora», dijo Bachmann en una carta para un acto de obtención de fondos enviada una hora antes de que ella llegara. «Es por eso que he tomado la decisión de entrar a la contienda».

La nueva aspirante aporta gran energí­a, carisma y una probada capacidad de recaudar dinero a la competencia por la designación del candidato republicano que enfrentará a Obama. También es conocida por tener posiciones inflexibles, hacer comentarios mordaces y meter la pata en algunas declaraciones.

Bachmann intenta realizar un inusual salto de la Cámara de Representantes a la presidencia del paí­s.

Pese a tener una jerarquí­a menor y pocos logros polí­ticos, ha conseguido una presencia prominente en Washington debido en parte a sus frecuentes apariciones en televisión y a su disposición para atacar duramente a Obama.

Su popularidad como activista del tea party y sus credenciales como una conservadora en temas sociales la hacen una amenaza creí­ble para otros aspirantes, los cuales están cortejando a los conservadores que forman el núcleo del Partido Republicano. Su impacto podrí­a ser más palpable en Iowa, la primera escala en la lucha por la nominación y donde dominan los evangélicos.