Reprobados en educación para la vida


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En estos días se habla mucho sobre la educación pública, ya sea del paro de labores docentes que dirigió el sindicalista Joviel Acevedo, o de los resultados que arrojaron las evaluaciones de los graduandos en matemática y lectura.

El tema de Joviel es como una espiral, pues todos los años el sindicalista plantea sus demandas a gritos y dependiendo de la reacción del Gobierno y los diputados, así se extenderán sus medidas de presión, pero al final, el problema siempre se resuelve con dinero.

POR JAVIER ESTRADA TOBAR
jestrada@lahora.com.gt


En cuanto a los logros de los graduandos en matemática y lectura no hay mucho que decir. Si no hay maestros en las aulas, y si las aulas están en pésimas condiciones, los estudiantes no están bien alimentados, carecen de recursos didácticos y no están motivados, pues no se les puede exigir mucho.

Los problemas en educación requieren de la atención de las autoridades, pero no se trata solo de dar dinero a los sindicalistas o inaugurar aulas para aparentar que se está trabajando en el tema, o mucho menos de extender la carrera de Magisterio a cinco años, que al final causa más perjuicios que beneficios al país.

Creo que se requiere un enfoque integral para atender el tema de la educación, y reconocer que estamos muy atrasados en diversos aspectos de la enseñanza, especialmente en las materias que definen más a los individuos y sus acciones.

Por ejemplo, no hay un ranking de calidad en la enseñanza de la educación sexual, y si lo hubiera,  muchos de los más prestigiosos colegios del país estarían al mismo nivel que las escuelas e institutos, en donde “sexo” es una palabra más en el vocabulario prohibido.

Comprensiblemente, muchos padres de familia que conozco se escandalizan y consideran que un extraño no debe hablar de un tema sensible con sus hijos, pero se olvidan de que la mayoría de familias no cuentan con los conocimientos básicos sobre sexualidad y por consiguiente, jamás podrían orientar a sus hijos en ese tema.

Tampoco hay una enseñanza enfocada en la solidaridad y la cooperación, y por el contrario, el sistema se especializa en fomentar el individualismo egoísta como una forma de superación, que explica muy bien por qué hay funcionarios y particulares que anteponen sus negocios al bienestar colectivo.

Si se trata de resolución de conflictos, todo se “arregla a golpes”, porque no tenemos un plan nacional de diálogo en las escuelas, institutos y colegios, que les enseñe a los estudiantes a solucionar sus problemas, grandes y pequeños, a través de discusiones serias y amables.

Otro aspecto importante es el reconocimiento de las diferentes formas de enseñanza, pues está comprobado que cada persona aprende de diferente manera, y cada sistema merece ser desarrollado de forma constructivista y con base a competencias; sin embargo, el sistema sigue acostumbrado al supuesto aprendizaje por memorización.

No hay que ser un experto en educación para percatarse que el sistema de enseñanza se encuentra en una situación lamentable, pero hay que hacer algo para cambiar las cosas, y nadie es mejor que los estudiantes y padres de familia para exigir mejores servicios.