El nuevo ministro de energía de Chile renunció ayer a su cargo, apenas tres días después de haber sido nombrado por el presidente Sebastián Piñera.
Fernando Echeverría explicó en una sorpresiva conferencia de prensa que descubrió la existencia de un «conflicto de intereses» entre las funciones del ministerio y las empresas privadas de su familia.
Echeverría ocupó el cargo de intendente de Santiago hasta el lunes, cuando fue elegido por Piñera para reemplazar a Laurence Golborne.
El dimitido ministro dijo que sólo después, cuando estaba preparando su declaración de intereses, «descubrí que había intereses de las empresas que yo represento que podrían interpretarse el día de mañana en contra del gobierno y en contra mía».
«Decidí venir inmediatamente a plantearle al presidente de la república los antecedentes del caso y quiero desde ya agradecerle a él la confianza depositada en mí, por haberme ofrecido este cargo» dijo.
El ahora ex intendente y ex ministro dijo que esta conforme con su salida del gobierno.
«Me pareció lo justo presentar la renuncia. Estaba alejado de mi actividad empresarial, pero (por) la investigación que estaba haciendo en las empresas en que tengo acciones, me di cuenta de que habían evolucionado hacia el sector de energía, y las cosas que pensaba que estaban terminadas, no estaban terminadas», dijo.
El nuevo vocero del gobierno, Andrés Chadwick, dijo que la decisión de Echeverría «es un ejemplo de cómo se debe actuar en la vida pública».
Pero opositores dijeron que fue un escándalo que Chile no merece.
El líder de la Democracia Cristiana, Ignacio Walker, le dijo al diario El Mercurio que es «patético» que en 16 meses de gobierno de centro-derecha Chile haya tenido cuatro personas al frente de un ministerio tan importante para el país como el de energía. «Le pedimos al Presidente que averigí¼e primero y nombre después. Este es un espectáculo bochornoso que un país serio como Chile no se merece», dijo Walker.