Renuncia encargado de la salud de las tropas


Quejas. EE.UU. recibió quejas de malos tratos en servicios de salud para tropas.

Un general que está en el centro de un escándalo sobre el tratamiento recibido por soldados heridos en Irak y Afganistán renunció ayer a su cargo de director de salud del Ejército de Estados Unidos, señaló la institución.


El teniente general Kevin Kiley, el oficial de mayor rango involucrado en un escándalo en el Centro Médico Walter Reed, solicitó su retiro y fue inmediatamente remplazado por su adjunto, añadió el Ejército.

«Solicité mi retiro porque creo que redunda en el mejor interés del Ejército», declaró Kiley según el comunicado.

El secretario en funciones del ejército Peter Geren le pidió a Kiley que renunciara en una reunión el domingo, dijo un alto funcionario de defensa, que pidió que se mantenga su identidad en reserva.

El secretario de defensa Robert Gates fue informado de la decisión.

«Aprobamos las medidas tomadas por el Departamento de Defensa y el ejército», dijo la portavoz de la Casa Blanca Dana Perino.

Por su parte, un alto responsable de la sede de gobierno precisó que «la Casa Blanca no está implicada» en la dimisión de Kiley.

El general quedó en el ojo de la tormenta luego que se revelara que los soldados heridos son alojados en muy malas condiciones en el Walter Reed, un importante hospital militar en Washington, mientras se recuperan.

El general supervisó los servicios médicos del ejército y sirvió como comandante del Walter Reed de 2003 a 2004.

En su testimonio frente a indignados legisladores, Kiley se disculpó la semana pasada por el tratamiento que reciben los soldados heridos pero buscó distanciarse de los errores, culpando a sus subordinados.

El escándalo ya causó el despido del secretario del ejército, Francis Harvey, y del comandante del hospital, el mayor general George Weightman.

El diario The Washington Post reveló serios problemas en el centro médico militar Walter Reed, un renombrado hospital que ha tratado a miles de soldados heridos en Irak y Afganistán.

El diario publicó que los soldados heridos viven en un edificio con paredes cubiertas de moho, infestado de ratones y cucarachas, y con agujeros en el techo.

El Post también informó cómo los soldados usualmente se pierden en el sistema burocrático y no reciben un seguimiento médico o deben esperar hasta 18 meses para que se decida si regresan a sus deberes o si serán dados de baja por discapacidad médica.

«Solicité mi retiro porque creo que redunda en el mejor interés del Ejército.»

Kevin Kiley

Director del sistema de salud del Ejército de EE.UU.