El Renoir que causó sensación después de que se supiera que fue comprado en un mercado de pulgas por siete dólares podría haber sido robado de un museo hace seis décadas, por lo que no será subastada de momento.
El remate, que se planeaba realizar mañana, se canceló ayer después de que un reportero del Washington Post descubrió documentos en el Museo de Artes de Baltimore en los que se demostraba que la pintura estuvo a préstamo ahí de 1937 a 1951, cuando fue robada.
La pieza impresionista, «Paysage Bords de Seine», fue comprada hace dos años en Virginia Occidental en un mercado de pulgas. La compradora, una mujer originaria de Virginia cuyo nombre no fue revelado, la llevó a la casa de subastas The Potomack Co. en julio, y los expertos de la casa le confirmaron que fue hecha por el maestro francés Pierre-Auguste Renoir. El marco de la pintura tiene una placa que dice «Renoir».
Se pensaba que facturaría 75.000 dólares o más en la subasta.
«Potomack está complacida de que esto se haya aclarado oportunamente, pues no queremos vender ningún artículo cuya propiedad no esté clara», dijo en un comunicado Elizabeth Wainstein, propietaria de la casa de subastas con sede en Alexandria, Virginia.
Potomack y las autoridades del museo le informaron al FBI sobre el robo, y un vocero de la dependencia dijo que el FBI está investigando.
Los documentos encontrados por el Post en la biblioteca del museo indicaban que la pintura era parte de la colección de Saidie May, una importante donadora del museo. El robo se reportó el 17 de noviembre de 1951, según los documentos, aunque no se sabe si se presentó un reporte ante la policía y la pintura no figura en los registros mundiales de arte robado.
El hurto ocurrió poco después de la muerte de May, y la pintura no había sido aceptada formalmente en la colección del museo, razón por la cual las autoridades no notaron que había estado ahí, dijo la directora del museo Doreen Bolger.
«Esto nos sorprendió», dijo Bolger ayer.
La directora agregó que le daría gusto exhibir nuevamente la pintura si al final regresa al museo.
«A medida que esto se aclare, sabremos más sobre los propietarios de la pintura», dijo. «Si resulta que es nuestra, nos encantaría tenerla a la vista».