La emigración laboral guatemalteca a diferentes naciones, en especial a Estados Unidos, tiene diversas motivaciones: el factor relevante se refiere a la falta de desarrollo económico en Guatemala (con sus implicaciones de pobreza y desempleo, entre otros), así como la presencia de diversas crisis socioeconómicas, las cuales han incrementado el volumen de emigrantes (las personas se plantean tener un ingreso económico o mejorarlo); también deben señalarse las implicaciones del conflicto armado interno (violencia, movilidad poblacional interna y externa), políticas (diversas etapas de desestabilización, represión) y sociales (respuesta a la marginalidad, necesidad de mejorar las alternativas de vida, etc.).
Al trabajar en otro país, mujeres y hombres guatemaltecos envían dinero a sus familias. Son las remesas familiares -en el lenguaje de la economía se llaman transferencias monetarias- y adquieren especial importancia pues también se les considera una fuente de ahorro externo. Así lo señala la Encuesta sobre impacto de remesas familiares en los hogares guatemaltecos, realizada por la Organización Internacional para las migraciones.
Las remesas familiares son transferencias de recursos externos con relevancia en el desarrollo de las economías rurales y urbanas en los países expulsores de migrantes; asimismo, pueden generar espacios de inversión. Las remesas familiares tienen un componente distributivo pues circulan en hogares. En el caso de Guatemala, las remesas familiares son enviadas por aproximadamente un millón 200 mil personas de nacionalidad guatemalteca que se encuentran en Estados Unidos, la mayoría en forma indocumentada, especialmente en Los íngeles, convirtiendo a esa urbe en la segunda más poblada de guatemaltecas y guatemaltecos, después de la ciudad de Guatemala.
Para el Banco de Guatemala, la versión V del Manual de Balanza de Pagos establece: «una remesa familiar es una transferencia corriente, por lo que se deberá registrar en la cuenta corriente de la Balanza de Pagos». En otros países, como es el caso de México, una remesa familiar es toda transferencia unilateral de un residente en el extranjero a un residente en México, presuponiendo que ambos son familiares y que el envío tenga por objetivo contribuir en la manutención de este último.
También se puede señalar la importancia de las remesas colectivas, no tanto por su monto actual sino porque conforman un recurso de calidad. En primer lugar, materializan un lazo espontáneo, solidario, entre agrupaciones de la sociedad civil; en segundo, se diferencian de las remesas familiares, pues son flujos destinados a la inversión; por último, pueden responder mejor a modalidades especiales de financiamiento. Plantean la posibilidad de poner en práctica nuevos esquemas o modelos de proyectos productivos.
La importancia real de las remesas familiares en Guatemala es motivo de polémica (la misma existe en otros países) entre investigadores del tema migratorio, economistas y técnicos. El razonamiento de ambas partes trata de ubicar si es positiva o negativa la presencia de las remesas familiares. En el primer caso, se observan efectos visibles en el ingreso familiar: cuando se ha quedado sola la esposa con hijos, incrementan la compra de bienes de consumo, permiten elevar los índices de salud y educación en las familias cuyo padre u otro familiar envía remesas, coadyuvan a realizar inversiones (pequeñas o medianas) y estimulan el desarrollo económico cuando las familias gastan sus remesas a nivel local. También debe señalarse una importante derrama cuando el o la migrante regresa temporalmente a Guatemala.
Con relación al aspecto negativo, puede afirmarse que el impacto económico de las remesas familiares no permite al país emisor superar sus problemas de desarrollo (en especial, por la forma individual de su distribución social). En ocasiones, al prolongar su estancia en el exterior, en especial el migrante, debilita sus vinculaciones con el entorno familiar (entre otros motivos, por la creación de una nueva familia). Las remesas, entonces, se constituyen en un elemento circunstancial. No es inusual el envío de activos no monetarios (bienes de consumo para el equipamiento del hogar, entre otros) que eluden la posibilidad del control estadístico. Las remesas no generan empleo, pero son una salida individual a problemas de carácter económico.