En el banquillo de los acusados fue sentado este día Noé Gilberto Oliveros, dueño de las farmacias y droguerías José Gil.
El Ministerio Público acusa a Oliveros de delitos relacionados con la narcoactividad al haber encontrado en instalaciones de su propiedad un barril conteniendo la sustancia denominada lidocaína, que a criterio del ente investigador no se tenía el permiso respectivo.
La defensa del sindicado representada por el abogado Milton Miranda, asegura tener las pruebas necesarias de descargo en favor de su patrocinado, entre estas la declaración de por lo menos trece testigos.
La fiscalía por el contrario dice que aportará la declaración de 50 testigos y documentos que argumentan la acusación.
Durante la primera audiencia de debate Oliveros dijo que su juicio se realice con justicia para encontrar la verdad.