Relacionan a rivales republicanos con el Tea Party


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El ascenso de Rick Perry y Michele Bachmann, aspirantes a la candidatura presidencial por el Partido Republicano, le ofrecieron a la Casa Blanca una nueva posibilidad de combate: el poder relacionar a todo el espectro polí­tico republicano con el movimiento ultraconservador del «tea party», cuya popularidad ha decrecido últimamente.

Por CHARLES BABINGTON WASHINGTON / Agencia AP

Si la estrategia funciona, esto podrí­a generar problemas de mala imagen por asociación aún hasta para los republicanos que no están con el movimiento radical, como Mitt Romney.

Sin embargo, eso serí­a mucho pedir. Las comparaciones poco favorables son una táctica de campaña muy desgastada y muchos estadounidenses apenas tienen una visión nublada sobre el movimiento. Sin embargo, los principales asesores del presidente Barack Obama consideran explotarlo.

Los candidatos republicanos deberán decidir si «deben jurar lealtad al tea party» o trabajar con los demócratas para generar empleos, señaló el martes el asesor de campaña del presidente Obama, Robert Gibbs.

Tras el debate más reciente entre candidatos republicanos a la presidencia en Iowa, el director de la campaña de Obama, David Axelrod, afirmó que los rivales del presidente estaban «jurando su lealtad al (movimiento del) tea party».

Además, un video reciente divulgado por el Comité Nacional Demócrata afirma que los legisladores republicanos y sus candidatos presidenciales están «adoptando polí­ticas extremas» de ese sector ultraconservador.

Los demócratas primero enfocaron esas acusaciones contra los legisladores republicanos, quienes se alinearon a las exigencias del movimiento conservador cuando exigieron que se promulgue una ley que fije un lí­mite al endeudamiento.

Sin embargo, fue más difí­cil aplicar este tipo de acusaciones a los aspirantes a la candidatura presidencial republicanos pues gran parte de la atención se fijó en los ex gobernadores Romney, Tim Pawlenty y Jon Huntsman.

Los tres son conservadores pero no entran dentro del molde del movimiento del tea party, que fija un mayor énfasis en sus demandas sin opción a negociación de llevar a cabo profundos e inusuales recortes al gasto gubernamental, así­ como el rechazo al incremento de impuestos y a una mayor vigilancia gubernamental.

Una rápida sucesión de acontecimientos hicieron que hubiera cambios en esta atención durante el fin de semana.

Bachmann, una legisladora federal por Minnesota que encabeza al grupo del tea party en el Congreso, ganó la encuesta de Iowa. Pawlenty, el ex gobernador de Minnesota, se retiró de la contienda y Perry, el gobernador de Texas que se inclina hacia el tea party, entró en la competencia.

Romney, el ex gobernador de Massachusetts cuya posición como lí­der en las preferencias electorales se ve más inestable que nunca, respondió inclinándose hacia algunas posturas del tea party lo que le ganó las crí­ticas de los demócratas.