Reinicia el Congreso (II)


Al reiniciarse las actividades del Congreso, a la ciudadaní­a, los grupos de poder, los medios de comunicación y analistas les es fácil percibir que el desarrollo parlamentario y los logros en la materialización de la agenda legislativa serán sumamente complejos.

Juan Francisco Reyes López
jfrlguate@yahoo.com

La complicación indudablemente la produce la forma en que están integrados los bloques que actualmente existen en el Organismo Legislativo. La Unidad Nacional de la Esperanza cuenta con 30 diputados, el Partido Patriota con 28, el bloque denominado Lider con 26, la Gran Alianza Nacional -GANA- con 14, la bancada Guatemala también con 14, el bloque Independiente con 11, el bloque Independiente Din con 9, los Unionistas con 6 al igual que el FRG, la bancada de UCN con 4, Casa con 3, URNG con 2, el Pan con 2, Encuentro por Guatemala con 1 y UD con 1.

Ese enorme fraccionamiento implica que para obtener la mitad más uno de los votos y aprobar de forma ordinaria una iniciativa de ley se tiene que promover una serie de entendimientos, acuerdos y concesiones que indudablemente harán lento, complicado y también producto de muchos intereses y concesiones la aprobación de cada iniciativa de ley.

Es ahí­ donde sin duda alguna se mirará la danza de intereses, donde los grupos de poder tendrán un enorme espacio para lograr y obtener las acciones que les permitan alcanzar sus intereses particulares. El Congreso en su actuar será amorfo, un laberinto, una Torre de Babel donde es impredecible saber qué acontecerá.

El resultado será, sin duda alguna, poco positivo y en detrimento del paí­s, de la ciudadaní­a en general. Las presiones y acciones y no los principios y los ideales serán los que moverán a los bloques de un lado para otro.

Difí­cilmente podremos ver la presencia de verdaderos lí­deres parlamentarios, el convencimiento no será la razón sino será la conveniencia individual o la posibilidad de ser o no candidato en un puesto de reelección. Todo ello nos llevará y nos acercará a un Estado fallido, serán las opiniones públicas las que mejor pueden servir de estí­mulo y de contrapeso para que la debacle que pueda suceder en el Organismo Legislativo se limite y se detenga.

Los partidos polí­ticos y los actuales integrantes del Congreso deberán comprender que su actuar legislativo será el estí­mulo o el agravante para que la ciudadaní­a en las próximas elecciones no concurra a votar.

Cómo podemos distinguir el actuar de los diputados distritales y de los representantes nacionales en este perí­odo legislativo; cómo podemos establecer que buscan el interés común, el bien nacional o que simplemente se mueven como hojas que el viento lleva, trae, sube o arrastra.

La opinión pública, de los lí­deres morales, será determinante. Lo mejor que puede suceder es que la agenda legislativa se vea reducida al mí­nimo y que no se aprueben leyes o disposiciones de las que tengamos que arrepentirnos y que se vean impugnadas ante las cortes.

Acepto de antemano que muchos serán quienes me pregunten qué es lo que al respecto procede y a pesar de lo que me gustarí­a poder responder a esa interrogante. La respuesta no la puedo dar porque no veo el suficiente liderazgo en ningún bloque, en ninguna persona en el Organismo Legislativo, lo más que podemos pedir es que el tiempo transcurra y que durante ese tiempo la aprobación de leyes sea la menor posible, que no se aprovechen de la circunstancia en la que se encuentra la integración del Congreso quienes les encantarí­a poder hacerlo para aumentar su riqueza individual y la pobreza colectiva.