Reinicia el Congreso (I)


En cumplimiento de la Constitución Polí­tica de la República, artí­culo 158, sin necesidad de convocatoria, el Congreso reinicia sesiones ordinarias el 1 de agosto. Este perí­odo es el último en el que podrán materializar hechos, acciones que evidencien que todos y cada uno de los diputados están preocupados por la búsqueda del bien común, de servir y representar a quienes confiaron en ellos, votaron y los eligieron.

Juan Francisco Reyes López
jfrlguate@yahoo.com

El Organismo Legislativo debe actuar de tal manera que los ciudadanos se sientan representados, comprueben que los diputados trabajan para toda la población e independientemente del partido que los propuso sirven a Guatemala.

 

Los diputados no pueden argumentar que están o no de acuerdo con el Ejecutivo, que son o no legisladores de oposición, su mandato es de hacer, de lograr el desarrollo económico y social de todos. No deben, ni pueden pensar que sus acciones deben de ser buscando su popularidad o la cobertura de los medios de comunicación, el elogio de las élites, deben de evidenciar que son representantes del pueblo, de una nación en la que tristemente la pobreza, la miseria, el hambre predominan; de un pueblo que no recibe suficiente educación, suficiente salud, que tampoco recibe seguridad.

 

No es este Gobierno ni el próximo quienes pueden elegir o decidir sus acciones. Si verdaderamente son los padres de la patria, la patria es una sola, no es el patrimonio de un hombre, de un lí­der o de un partido polí­tico en particular. Es esa falta de rumbo el que ha hecho que continuamente nuestro paí­s se deteriore.

 

El Congreso no puede ni debe permitir que sus actos u omisiones continúen siendo utilizados para denigrarlos, para mermar su credibilidad. Son sus acciones y sus omisiones los que permiten que se les desprestigie y critique.

 

Si revisamos la historia del Organismo Legislativo encontraremos que en todos los congresos ha habido diputados que se han dedicado a trabajar, cuyo actuar ha sido la base del progreso legislativo, económico y social. También encontraremos que hay diputados que se han sabido dedicar a hamaquearse; es decir, a no comprometerse y que a todo le dicen ya veremos, evitan los compromisos que son parte de la responsabilidad de la búsqueda del progreso y el desarrollo.

 

Los diputados de más experiencia deben convertirse en los lí­deres del actuar correcto y en los censores de sí­ mismos y de quienes no importándoles el bien común se dedican demagógicamente a actuar. Hay diputados que son capaces de hacer cualquier cosa por figurar; la responsabilidad de un legí­timo representante es la de asumir obligaciones y de buscar soluciones.  Los diputados deben de fiscalizar pero no convertir esta función en su único o principal accionar, de lo contrario estarán actuando como quienes se dedican a destruir y no a construir. El diputado que no está dispuesto a hacer lo indicado, no merece ser padre de la patria.

 

Este año el Congreso debe ser el más eficiente de los organismos del Estado porque a diferencia del Ejecutivo y del Judicial, el Legislativo es el órgano polí­tico que representa al pueblo sin excepciones y seguramente la mayorí­a de los legisladores buscarán la reelección. Esto lo deben hacer en base a méritos, logros concretos y no en base a  actitudes negativas.