Reinauguran el Palacio de las Bellas Artes


Tras pasar los últimos dos años en trabajos de remodelación, el Palacio de las Bellas Artes, considerado el máximo recinto cultural en México, abrió el viernes sus puertas al ser reinaugurado por el presidente Felipe Calderón.


Tras una evaluación realizada en 2007 por personal del Instituto de Ingenierí­a de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) se determinó que el recinto inaugurado en septiembre de 1934 y localizado en la zona centro de la capital se habí­a vuelto obsoleto, por lo que era necesario remodelarlo.

«Hoy, a dos años de haberse iniciado los trabajos de remodelación, con orgullo podemos decir que tenemos una sala de conciertos renovada», dijo el secretario de Educación Pública, Alonso Lujambio durante la ceremonia de reapertura.

Aunque la cifra oficial de la inversión realizada se dará a conocer hasta el 31 de diciembre, la directora del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) dio a conocer a medios locales que hasta ahora se han invertido unos 600 millones de pesos (alrededor de 48 millones de dólares).

«Va a valer la pena haber esperado los dos años, porque el Palacio de Bellas Artes quedó listo para sus próximos 50 años», dijo Vicencio en entrevista para el diario La Jornada. «Es un recinto con la más alta tradición mexicana, pero equipado para el nuevo siglo».

La remodelación incluyó una reducción de unas 400 butacas, dejando el total en 1600. Además se colocó una tramoya motorizada e iluminación robotizada, una nueva concha acústica, panales para el rebote y desplazamiento de sonido y un sistema contra incendios y nuevas salidas de emergencias.

El teatro fue reabierto con un programa musical que incluyó el himno nacional mexicano interpretado por la orquesta sinfónica nacional y el coro de Bellas Artes, además de la sinfoní­a india de Carlos Chávez, obra que se tocó en la inauguración en 1934.

El Palacio de Bellas Artes comenzó a construirse en 1904 por orden del dictador Porfirio Dí­az, pero el estallido de la Revolución Mexicana detuvo el proyecto hasta que fue retomado en 1931 y concluido en 1934 por el arquitecto Federico Mariscal.