Regular y reformar


El presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula en el palacio Alvorada en Brasilia.

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<p>El presidente brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, pidió ayer en una entrevista que se «regule y reforme» el sistema financiero internacional y que se utilice el G20 «para tomar las decisiones que los presidentes no han tomado hasta ahora».</p>
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«Hay que regular el sistema financiero mundial, no puede servir para generar créditos más importantes que el patrimonio», dijo Lula en una entrevista conjunta con el canal francés TV5 y Radio Francia Internacional, reclamando además que se utilice el G20, compuesto por las potencias industrializadas y emergentes, «para tomar las decisiones que los presidentes no han tomado hasta ahora».

«La crisis económica mostró que el Estado tiene que volver a tener un rol importante, no ese Estado que administra todo, sino uno que vigila el sistema financiero como vigila el mundo del trabajo», señaló el mandatario brasileño.

Lula criticó el funcionamiento del sector financiero subrayando que no podí­a seguir «acaparando miles de millones de dólares y de euros en el mundo sin crear un solo empleo».

«El sistema financiero debe existir para alentar el sistema productivo y no para vivir de la especulación sin fabricar un solo zapato», sostuvo.

«Tenemos que aprovechar la crisis para cambiar la lógica de la economí­a mundial», indicó reclamando que se vaya aún más lejos cuando se le preguntó si las medidas tomadas hasta ahora para paliar la crisis económica mundial, antes de la cumbre del G20 de fin de septiembre que se celebrará en la ciudad estadounidenses de Pittsburgh, eran suficientes.

Lula añadió que era necesaria una «democratización del Fondo Monetario Internacional», así­ como que el Banco Mundial «tenga nuevamente dinero para prestar a los paí­ses pobres y controlar la utilización de los recursos del sistema financiero para que no se reproduzca la historia de los «subprimes» (préstamos hipotecarios de riesgo)».

«No se puede tener dos sistemas financieros, uno legal, de los que pagan sus impuestos, y otro ilegal en donde los ladrones del mundo entero depositan su dinero», dijo el presidente brasileño señalando sin embargo que los paraí­sos fiscales son un tema muy delicado porque cuando se habla de ellos «se habla de las Islas Caimán pero también de Suiza y de Uruguay».

Son «un problema polí­tico serio por resolver», dijo.

Lula, abogó además por que el G20 se convirtiera en un «foro de referencia» para que las «principales 20 economí­as del mundo puedan decidir sobre ciertas cosas» y calificó al G8, que incluye a los ocho paí­ses más industrializados (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Italia, Japón y Rusia), como un «club de amigos» que ya no tiene ninguna razón de ser.

«El G8 no tiene ninguna razón más de ser. Discutir sobre la economí­a del mundo sin tener en cuenta a China, Brasil, India, México o Sudáfrica, es pensar que el mundo de hoy es el mismo que en 1950», dijo Lula.

«Es un club de amigos que se reúnen desde hace 35 años», añadió destacando que en la actualidad era imposible tomar una decisión «sin tener en cuenta a los BRIC», grupo compuesto por las principales potencias emergentes (Brasil, Rusia, India y China).

«Hay que, democráticamente, ser justo y dar un espacio para que los paí­ses puedan hablar», sostuvo añadiendo que en el G20 esto deberí­a ser posible.

Lula también volvió sobre la eventual reforma del Consejo de Seguridad de la ONU señalando que era «muy poco representativo» y criticó a esta institución creada en el siglo XX y «que no corresponde a la realidad polí­tica del siglo XXI».