El ejército sirio recuperó hoy el control de una ciudad estratégica cerca de la frontera con Líbano después de una intensa batalla de tres semanas, asestando una fuerte derrota a los rebeldes e insinuando que la guerra civil se está volcando en favor del régimen del presidente Bashar Assad.
Ambos bandos libraron una lucha sin cuartel por la ciudad de Qusair, que los rebeldes habían capturado el año pasado, situada en una encrucijada de líneas de abastecimiento entre Damasco y el oeste y el norte del país. La ofensiva del régimen significó otro momento decisivo en el conflicto: la participación abierta de sus aliados libaneses de Jezbolá.
La caída de la ciudad podría dar impulso a los militares sirios para tratar de neutralizar las conquistas de los rebeldes en el centro de Siria. El golpe asestado al movimiento rebelde podría desalentarlo de entrar en negociaciones con el régimen que Estados Unidos y Rusia han tratado de concretar en Ginebra.
Los militares sirios declararon de manera triunfal el miércoles por la televisión estatal que habían «limpiado» Qusair de rebeldes. Agregó que la toma de la ciudad era «un mensaje claro para todos los participantes en la agresión contra Siria», dirigido a los simpatizantes regionales de los rebeldes para indicarles que el régimen cree que está volcando la guerra en su favor.
Las imágenes difundidas por los medios que acompañan a las fuerzas del régimen mostraron una ciudad desierta con edificios dañados y la bandera siria flameando sobre la torre del reloj de la plaza principal. Se vio a los soldados sirios celebrar sobre los escombros.
Superados en número y en poder de fuego, los combatientes rebeldes resistieron durante semanas hasta que el régimen lanzó su ofensiva sobre Qusair el 19 de mayo. Los insurgentes infligieron numerosas bajas a las fuerzas de Jezbolá que se sumaron al régimen. Cuando la lucha se intensificó, los rebeldes convocaron a combatientes de toda Siria y se cree que milicianos extranjeros combatieron en defensa de los rebeldes.
Sin embargo, cuando escasearon las municiones, los rebeldes se retiraron de la ciudad después de soportar un intenso bombardeo durante la noche, según el Observatorio Sirio por los Derechos Humanos, un grupo de oposición con sede en Gran Bretaña.
«El régimen de Assad y las milicias iraníes que lo apoyan han entrado en Qusair», dijo una declaración del Consejo Nacional Sirio, respaldado por occidente y lamentó «el enorme desequilibrio de poder».