En su columna del 31 de julio 2009 el Lic. Francisco Reyes López, ex vicepresidente del gobierno del Lic. Alfonso Portillo, me acusa de inconsistente en oponerme a privilegios habiéndolos aprovechado. Falla el Lic. Reyes en sus apreciaciones. Hago las aclaraciones siguientes por respeto a la opinión de los lectores de La Hora para que conozcan la verdad.
Los privilegios a que él se refiere son: primero, que utilicé privilegios cuando fui Rector de la Universidad Francisco Marroquín (UFM) para no pagar la cuota patronal del IGSS. La UFM fue la quinta universidad fundada en Guatemala y ninguna de las otras, incluyendo la San Carlos, consideraba que legalmente estaba obligada a ese pago: era un precedente sentado como norma, el cual la UFM observó. Aparte es que les convenía a los estudiantes, pues de estar sujeta a ese gasto, tendría que pasársela a la cuota estudiantil.
En cuanto a la industria de gases, ésta fue la única en su género que prosperó durante mi gestión,
pero no por privilegio alguno, pues nunca han existido obstáculos legales para entrar a competir. Por tanto nunca ha sido un monopolio legal a base de privilegio otorgado por el Estado. En efecto, hubo intentos de competir, pero por no haber resultados rentables, desaparecieron.
Cita el Lic. la industria eléctrica. Ciertamente La Ley de Fomento para incentivar la generación eléctrica (Decreto 2086) emitida cuando Guatemala ya estaba sufriendo apagones por falta de electricidad en tiempo de Mejía Víctores. Tuvo el efecto deseado y fueron muchos los que a ella se acogieron y el país resolvió el urgente problema. La sociedad anónima a mi cargo, con participación del banco de inversión del Banco Mundial (la International Finance Corporation) se acogió a las disposiciones impositivas que la ley otorgaba a cualquiera que quisiera aprovecharla (por tanto no era privilegio) invirtió en la generación eléctrica. Pero esa ley no fue propuesta por mí, y aun cuando la aprovechaba, mantuve mi oposición a ella. El gobierno de Portillo/Reyes mantuvo en vigor ese Decreto Ley, supongo porque lo consideraba conveniente.
Cita la industria de electrodos que estaba a mi cargo cuando era la política de todos los gobiernos centroamericanos proteger las industrias locales con altos impuestos de importación. Congruente con mi lucha por cincuenta años en contra de privilegios mercantilistas, y como consta en la primera página de El Imparcial (fotocopia adjunta) yo solicité formalmente al Gobierno la derogación de esa protección y la solicitud me fue denegada aduciendo que iría contra la política de industrialización. Agradezco de antemano la publicación de esta aclaración a los juicios del ex vicepresidente. En lo único que tiene razón el Lic. López es en que no presenté al Congreso la propuesta de indemnización universal como yo recordaba, erróneamente. La presenté a la comunidad, pero no tuvo eco, así que ya no la presenté.