Reformas, más que una propuesta una necesidad


edit-gonzalez

“Amo a los que sueñan con imposibles” Goethe

La Constitución Política de Guatemala “cumplió 27 años…” criticada por unos, alabada por otros y manoseada por los más, es nuestra Carta Magna, y la que más ha aguantado. En una sociedad tan cambiante y exigente como la nuestra, resulta refrescante que el presidente Pérez Molina plantee la necesidad de reformas constitucionales.

Edith González


Y su propuesta debe ser más que eso. Guatemala necesita cambios que inicien justo en nuestra Carta Magna para poder avanzar en lo social, lo económico, lo político, pero en especial para atender a las personas.

Promulgada en el 85, nuestra Constitución cumplió con la historia. Fue la Carta Magna que nos inició en la era democrática y dejó atrás los años “oscuros de la guerra”, cuando  el Estado era uno, sin participación de la sociedad.

Pérez Molina tiene claro que: “con los desafíos que tenemos en las próximas décadas se hace necesario reformas a la Constitución, pero no por una crisis sino de un eventual deterioro político e institucional que se podría vivir en un futuro cercano si no se reforma el texto constitucional”. (Prensa Libre, página 2. 1-6-12).

No es nueva la postura de Pérez Molina, se ha insistido en el cercano pasado que se hacen necesarios los cambios constitucionales, pero no se han producido, por factores “extraños” y ahora se presenta una nueva postura. Y es seguro que ya se alzarán las voces que no están de acuerdo con estos cambios, pero es el momento de los mismos, o Guatemala se irá rezagando en el desarrollo, especialmente el humano.

Ya no podemos esperar más. Hay tanto por hacer, pero iniciando con las reformas a la Constitución será un buen principio. Sí… dirán que es caro, que no es funcional, que no son necesarias, que no se justifican, que hay “gato encerrado”, que hay “túneles políticos”, etc.

Pero es el momento. La postura de Pérez Molina ya ha sido respaldada por los presidentes de los otros poderes del Estado, quienes han planteado las necesidades que se presentan para su trabajo y mientras no se den las reformas, estos continuarán.

Muy al principio de la actual Constitución, un diplomático vaticinó que era de las mejores, pero que por la dinámica de la sociedad guatemalteca, la problemática del país y los años de la guerra, antes de los 30 años, sería necesario reformarla.

Guatemala no puede esperar que el tiempo siga y los guatemaltecos tengamos que arrastrar pesos históricos que nos detienen en el avance hacia mejores niveles de vida

Entonces… no debe ser una propuesta. Debe ser una realidad