En esta serie de escritos sobre la reforma agraria se han descrito someramente algunos ejemplos de países que han descollado en su desarrollo dentro del escenario mundial a causa, precisamente, de las reformas que se han hecho a sus políticas sobre la tenencia de la tierra, dentro de las cuales se distingue con suma facilidad la restricción al acaparamiento de la tenencia de la tierra, acaparamiento que desgraciadamente persiste en Guatemala.
Se mencionó a Chile, Japón, México, Estados Unidos, etc., así como a un reciente estudio de la Organización de Estados Americanos, OEA, sobre la desigualdad en la distribución de la tierra en la América Latina.
Sobran motivaciones para tratar este tema con seriedad, en virtud de que una de las razones que fundamentan el cuantioso atraso de Guatemala, como país y como sociedad, es el acaparamiento del 95% de la tierra por un 5% de la población, sin permitir al otro 95% de la población el derecho a producir o a explotar la riqueza de los recursos naturales del suelo guatemalteco.
Una de las populares falacias que argumentan las poderosas fuerzas que se oponen a la democracia -que incluye la ecuanimidad-, es que si a los campesinos se les da tierra, casi inmediatamente la venderían para emborracharse o para malgastar el dinero, en virtud de que el campesino es haragán y no quiere trabajar. ¡Esa es una cobarde mentira con la que se ha justificado el acaparamiento de tierra y el retraso de Guatemala por siglos!
Una buena legislación al respecto haría de Guatemala un país productor masivo de riqueza dispersa. Guatemala es un país autosuficiente; sin embargo importa maíz, manzanas, naranjas, melocotones, etcétera; lo cual es una vergí¼enza internacional.
Una excelente legislación sobre este tema, promovida por el Poder Ejecutivo, con la finalidad de proteger a Guatemala y a los guatemaltecos de la tan anunciada hambruna mundial que se avecina, sería, además de una reforma a la política fiscal, una reforma a las injustas políticas agrarias, paralela a sólidas políticas nutricionales y educacionales para los niños y adolescentes y capacitación eficiente para los adultos.
Guatemala tiene todo lo que cualquier país quisiera tener: Enormes extensiones de tierra cultivable; climas que envidian los habitantes de los cuatro puntos cardinales; es uno de los países con mayores abastecimientos hídricos del planeta con relación a su dimensión; una posición geopolítica envidiable; acceso directo a los dos mayores océanos del mundo y… un largísimo etcétera.
¿A qué se debe, entonces, la gran pobreza y el increíble subdesarrollo que existe en un país tan rico, en donde hay personas muriéndose literalmente de hambre?
Según el diario elPeriódico 040408, pág.12, El Salvador busca producir frijol, maíz y arroz en Guatemala, en un intento de garantizar el suministro de granos básicos a precios accesibles y evitar una crisis alimentaria en su país. (¿?)
El gobierno recién instaurado tiene la oportunidad amplia de fortalecer el amortiguamiento de la hambruna que, según las noticias internacionales, se cierne sobre el mundo, especialmente sobre Centro América: Debe realizar una reforma a la tenencia de tierra y multiplicar oportunidades para su pueblo, antes de que múltiples desgracias caigan con gran peso sobre toda la población a corto plazo.
¡Urge producción nutricional en Guatemala!