Reflexiones electorales finales


ES DEBER DE LA PRENSA AUTí‰NTICA y sus actores, orientar constructivamente a la ciudadaní­a hacia el bien comunitario y nacional, señalando opciones objetivas por y para qué.

SANTIAGO VILLANUEVA GUDIEL

 


En este sentido dijimos que este año electoral serí­a conflictivo por dos  causas: el Documento Personal de Identificación del Renap tan complicado,  tardado en su trámite o imposible; por lo que  sugerimos fueran unas elecciones eclécticas, usándose también y todaví­a, la antigua Cédula de Vecindad para que no hubiese ausentismo. Y la segunda, la obsesión vergonzosa que se barruntaba de una candidatura a la Presidencia a todas luces inconstitucional, e imprudente contra el Gobierno, el estado democrático, y el matrimonio; incluso por quienes su deber y llamado es la defensa de la Constitución Polí­tica que nos rige; buena, mala, o defectuosa, está aprobada.

No quisimos pensar que se volverí­a “a las andadas de antes” de fraudes y falsedades de las marrullerí­as polí­ticas del viejo tiempo, sin ninguna renovación democrática, y de gente de esta clase sin criterio propio, de fácil venta y compra de votos, y de trasiego de personas también en esta forma; que hicieron decepcionar en las elecciones eclécticas; ¡Qué vergonzoso! También señalamos que el TSE se entrometí­a en las interioridades de los partidos polí­ticos; y sin embargo, tuvo razón; e hizo más para modernizar la Ley Electoral, actualizando lo que no se habí­a hecho anteriormente.

Eliminado en la primera elección la paja y cabellos largos por su poco peso que el viento se lleva, y vuelve a traer; en la segunda vuelta y de principal grado quedaron los dos punteros que en su discurso, propuestas polí­ticas y escenas, todaví­a suenan al viejo caudillismo; y no a la clarividente verdad, democracia y capacidad que todos desearí­amos ver y experimentar. Hay confrontaciones verbales y hasta de hecho de sus apasionados seguidores; frases sólo de competencia sin nada nuevo y de mejor contenido de para qué y cómo; y quedan dudas en el trasfondo e intencionalidad de sus propuestas populistas.

La ciudadaní­a debiera de analizar a los candidatos por sus ideologí­as y ellos confesarlas si son de derecha, izquierda, o centro derecha o izquierda; liberales-centristas, o conservadores-cachurecos, democráticos o autocráticos, militares de extremas dictaduras, o civilistas de extrema anarquí­a y sus consecuencias, como ahora. De dónde vienen, es decir su procedencia y procederes según sus hojas de vida, y cuál fue el logro de sus obras anteriores, y si persisten para bien de la humanidad, o son del caduco bolchevismo. Si modernamente son pro cárteles de la droga y/o al crimen organizado de todo cuello y descamisados. Y finalmente por qué, cómo; y de dónde cancelarán los gastos excedidos en millones de sus campañas; para que gane el mejor.

Por ejemplo: El candidato “X” propone que se tengan mejores cosechas y abundantes “con mejores precios de ganancia”; el candidato “Y”, propone la misma productividad para bajar el precio de la canasta vital y básica. En nuestra Guatemala, donde a la gente común, corriente y sencilla, la está devorando todo vendedor o cobrador, y entre ellos suprimiéndose fí­sicamente unos a otros, con participación de adolescentes y escolares, que es lo peor, por el derecho del poder territorial, o como  los pilotos de autobuses y sus cobradores de sobre pasajes, en un canibalismo nacional con toda saña, que asombra y con marca de: Anarquí­a. Además desde luego, las alzas constantes a los servicios públicos del Gobierno, los municipales, de electricidad y las gasolinas que repuntan toda la economí­a de los paí­ses.

El candidato “Y” propone para la seguridad nacional una nueva Policí­a y cumplir las penas de muerte que sólo los tribunales del Poder Judicial pueden imponer, cuando los jueces, actualmente, ni siquiera castigan con una menor pena de juzgado de Paz a los principiantes en la delincuencia, con advertencia de agravantes en cada reincidencia para que no crezca la maldad desde la adolescencia, sino que los dejan libres en menor tiempo que su captura; y proliferan alarmantemente en forma continuada. El candidato “X” “Garantiza calles seguras”, pero no dice cuales serán los medios y cómo, a que costo y si incluye caminos, carreteras, y la actividad delincuencial en el área rural, donde es tan igual como en la urbana y aún en la privacidad de los hogares. 

En el castigo a los crí­menes se va por el camino de larguí­simas condenas que aumentan por largos años las poblaciones presidiarias; al punto que, con el tiempo, serán más grandes y extensas que los mismos pueblos en libertad y quizá con menos pobladores que tienen que sostener a la población presidiaria; además de las ampliaciones fútiles que se les hacen, sin calidad como en todas las impunidades. Y que  siga produciéndose la delincuencia en sus interiores. Preguntamos: y el contravenir el mandamiento de la Biblia ¡NO MATARíS! ¿no será también impunidad? Si bien es derecho de Dios dar, quitar o decir hasta aquí­ a la vida; es también mandato del mismo Dios a los justicialistas del poder legal, decidir a la ley y su conciencia la acción a sentenciar.

Lo malo de las conciencias, es que  las hay buenas y malas y por eso tanto se oye decir “¡qué se pongan la mano en la mala conciencia!”; cuando su acción es: “¡Qué siga el vacilón!”. Y en cuanto a las tributaciones de impuestos y de incremento salarial, ¿quién tiene  propuesta mejor y práctica, o será sólo  un señuelo más?  

Para la Prensa, es oportuno reconocer la sobresaliente labor del actual Tribunal Supremo Electoral, su transparencia, éxitos de motivaciones; su plumaje es tal, que es la única de las instituciones y dependencias de gobierno, que ha pasado por charcos, lodazales y albañales sin mancharse. También reconocer la intervención y presencia de los Cuatro Notables Personajes Nacionales o “G-4”, el Procurador de los Derechos Humanos, del Arzobispado Católico, el Rector Magní­fico de la Usac, y Presidente de la Alianza de Iglesias evangélicas; ser coadyuvantes en mantener la clarividencia de los Derechos Humanos y Polí­ticos en la medida de lo posible durante este año electoral. ¡Las Gracias a estos honorables hitos de la libertad democrática!

Y a propósito, el honorable TSE debiera de  considerar en la señalización de las papeletas, la posibilidad de usar el sobrante de tinta indeleble en los dedos de cada votante, que hasta se le da papel para limpiarse el desperdicio sobrante; y usar ese mismo dedo para marcar en la papeleta electoral, que con reingenio se pudiera; incluso serí­a una huella digital ulterior, en los casos que siga el vacilón de la marrullerí­a.