Referéndum sobre sí­mbolos islámicos


La fotografí­a muestra ovejas que fueron sacrificadas. Musulmanes de todo el mundo se están preparando para celebrar la fiesta anual de Eid al-Adha, o el Festival del Sacrificio. AFP PHOTO Anne-Christine POUJOULAT

La derecha populista suiza, en un nuevo intento de atizar el miedo al extranjero, pide a los electores que prohí­ban el domingo en referéndum la construcción de minaretes, por considerar que las torres de las mezquitas son el sí­mbolo del poder polí­tico del islam.


El secretario general de la Organización de la Conferencia Islámica (OCI), Ekmeleddin Ihsanoglu, se declaró diplomáticamente «convencido de que el pueblo de Suiza (…) tomará la mejor decisión», pero advirtió que esa medida «generarí­a incomprensión en el extranjero y dañarí­a la imagen de Suiza».

Los partidarios de la prohibición no se detienen en matices: sus anuncios representan a una mujer totalmente velada ante una bandera suiza cubierta de minaretes, o alminares, cuyas siluetas estilizadas se aparentan a los misiles.

Esta imagen «atiza el odio», denunció la Comisión Federal contra el Racismo (CFR), un organismo público consultivo, en tanto que el Comité de Derechos Humanos de la ONU expresó su inquietud ante esta campaña de «anuncios siniestros».

Fuera del objeto mismo del referéndum, el debate sobre los anuncios divide profundamente a Suiza: algunas ciudades han prohibido esta propaganda mientras otras prefieren no limitar el derecho a la libertad de expresión.

El gobierno y los grandes partidos polí­ticos, desde la izquierda hasta el centroderecha, pidieron solemnemente a los suizos rechazar el proyecto de prohibición, que serí­a contrario a los derechos humanos y pondrí­a «en riesgo la paz religiosa», según advirtió la ministra de Justicia, Eveline Widmer Schlumpf, que habí­a pertenecido al partido UDC de la derecha populista.

El Consejo Suizo de Religiones, que agrupa a dirigentes de las iglesias cristianas y de las comunidades judí­as y musulmanas, también condenó la iniciativa de la derecha populista.

Los obispos exhortaron a sus fieles a no dejarse llevar por los llamados xenófobos y abogaron por «una actitud de comprensión recí­proca en el diálogo y el respeto mutuo».

«El miedo es mal consejero», advirtieron.

Las dos mayores organizaciones de la comunidad judí­a en Suiza se declararon «firmemente» opuestas a una prohibición de minaretes.

Pese a esta masiva oposición, los partidarios de la prohibición repiten que no se trata de privar a los musulmanes de lugares de culto, sino de rechazar un «sí­mbolo aparente de una reivindicación polí­tico-religiosa del poder, que cuestiona los derechos fundamentales».

Para Amnistí­a Internacional, no cabe la menor duda de que «una prohibición general de la construcción de minaretes violarí­a el derecho de los musulmanes en Suiza a profesar su religión» y constituirí­a una discriminación.

Según las últimas estadí­sticas gubernamentales, en Suiza hay 400.000 musulmanes, 50.000 de ellos practicantes, sobre una población de 7,5 millones de habitantes. El islam es la segunda religión del paí­s, después del cristianismo. Hasta ahora cuatro minaretes fueron construidos en Suiza junto a mezquitas.

Los sondeos auguran un rechazo de la propuesta por un 53% de los votos, aunque el bando de los antiminaretes parece reforzarse ligeramente, según una reciente encuesta.