Abrir debate nacional en relación a la reelección presidencial o ampliación del periodo del General Otto Pérez Molina significa quebrar algunos dogmas sobre el particular, pero este debate obliga a discutir sobre temas colaterales también muy delicados en el desarrollo político del país, deberá discutirse sobre la implantación abierta de otra dictadura, la generación de otro golpe de Estado o autogolpe, el eventual desarrollo de un estallido o resistencia social, de la promoción  de la renuncia de Pérez Molina de la Presidencia y de la Vicepresidenta y otros presidentes y altos funcionarios públicos, quienes se pronunciaron a favor de estos debates.

 Partiendo de principios de responsabilidad ciudadana y de ética como es la prestación del JURAMENTO DEL MILITAR PRESIDENTE Y TODOS LOS FUNCIONARIOS ALUDIDOS DE CUMPLIR Y REPETAR LA CONSTITUCIÓN DE LA REPÚBLICA Y LAS LEYES, LA POSICIÓN DEL PRESIDENTE ES PRECARIA. Está claro para el pueblo de Guatemala que todos los presidentes han violado la Constitución al no cumplir su juramento y prestarse a la corrupción.

En este país nuestro todos los presidentes han robado, y por lo tanto pisoteado la Constitución, han permitido la corrupción, la impunidad y otras lacras, nadie ha resuelto el problema de la pobreza, la dotación de empleo y salarios dignos, la eficiencia de los servicios públicos, como los de Salud, Educación, Cultura, Etc. pero ahora se enriquece este cúmulo de sufrimientos de las familias de los guatemaltecos, con la pretensión de violar nuevamente la Constitución, prolongando el periodo o provocando una reelección, todo lo cual conduce a una dictadura generada por golpe o auto golpe de Estado, quizás no han analizado que la crisis de gobernabilidad que existe en el país podría unificar a todos estos conflictos en un solo bloque que podría crear un estallido social y pedir la renuncia del Presidente, Vicepresidente y demás funcionarios comprometidos. Es delicado intentar quebrar estos dogmas que han sido el pilar del sistema Republicano de Guatemala.