La honorable y andrajosa Corte Suprema de Justicia se le ha ocurrido una genial idea: a través de una iniciativa de ley de reforma al Código Proceso Penal pretende que los crímenes penados con 50 años de cárcel sean rebajados a 30, con la aquiescencia del Fiscal General y un juez competente, lo cual no es ninguna garantía; contrario a lo que no hace mucho se planteaba la instauración de la pena de muerte o cadena perpetua, en vista de los altos índices de criminalidad de los mal llamados crímenes de «gran impacto» (¿?). 30 años que seguramente se vuelven diez, si el reo observa buena conducta, sea lambiscón y hasta «oreja» de los jefes.
La genial idea de la honorable Corte conduce a fomentar, propiciar o incentivar el crimen, pues los delincuentes -que nunca se rehabilitan- saben que prontamente pueden salir libres y realizar nuevamente sus fechorías, y las víctimas sufriendo el escarnio de la justicia. La iniciativa de ley es tanto más inaceptable por cuanto que de 315 mil denuncias y querellas presentadas en 2007 ante las autoridades sólo el O.2 recibieron condena. En consecuencia, valdría la pena que la Honorable retirara la iniciativa de ley presentada.