Redescubren el multilateralismo


Reunión. Felipe Perez Roque (I), canciller cubano, saluda a Ban Ki-Moon (D), secretario general de la ONU. Esta semana el organismo mundial tuvo su habitual reunión de septiembre. (AFP / La Hora)

La Asamblea General de la ONU puso en evidencia este año la necesidad de un retorno en fuerza de la diplomacia multilateral neutralizada por Estados Unidos desde los atentados de 2001.


El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, inauguró el martes el debate general en la Asamblea constatando que «el mundo cambiante necesita una ONU más fuerte» porque «el multilateralismo está de regreso».

Desde los atentados del 11 de septiembre de 2001, Estados Unidos puso en práctica una polí­tica exterior sintetizada por el presidente George W. Bush en la fórmula «los que no están con nosotros están contra nosotros».

Al acercarse con el fin de su mandato en poco más de un año la posibilidad de un nuevo enfoque en Washington, sumada a la debacle de la invasión de Irak en 2003 sin el aval de la ONU, la necesidad de un cambio está en boca de todos.

Entre los cerca de 100 jefes de Estado o Gobierno que desfilaron por la tribuna de la ONU muchos evocaron el tema, a menudo a través de crí­ticas más o menos explí­citas contra la diplomacia unilateral de la superpotencia.

Bush hizo oí­dos sordos y en su discurso distribuyó buenas y malas notas en democracia o derechos humanos. La ONU, dijo Bush, debe criticar menos a Israel y más a Venezuela, Corea del Norte, Teherán o Cuba.

Bush vaticinó que el régimen del «dictador cruel» Fidel Castro está llegando a su fin y pidió a la ONU impulsar una transición a la democracia y elecciones libres en Cuba.

«El discurso de Bush fue un ejemplo tí­pico de unilateralismo desfasado», comentó el presidente de Ecuador, Rafael Correa. «Corrió una lista de malos alumnos, que el profesor tiene que corregir de acuerdo a su particular visión. ¿Quien lo nombró árbitro o policí­a del mundo? La doble moral es escandalosa».

De una América Latina mayoritariamente volcada a la izquierda, los cuestionamientos fueron a veces virulentos. El presidente boliviano, Evo Morales, criticó a Bush por ser un «dueño de casa» que «acusa» a sus invitados y propuso cambiar la sede de la ONU fuera de Nueva York.

Daniel Ortega (Nicaragua) improvisó un largo discurso para denunciar la «total falta de respeto» de Bush y el «imperialismo» norteamericano.

El canciller cubano replicó en nombre de Castro que Bush «no tiene autoridad moral ni credibilidad para juzgar a nadie» y que deberí­a en cambio «responder ante el mundo por sus crí­menes».

Bush, agregó Felipe Pérez Roque, es «responsable de la muerte de 600 mil civiles en Irak, autorizó la tortura en la base naval de Guantánamo y en Abu Ghraib, y es cómplice del secuestro y la desaparición de personas, los vuelos secretos y las cárceles clandestinas».

Hugo Chávez, el más controvertido tras la polémica de un discurso en el que llamó el año pasado a Bush «diablo» y «mentiroso», faltó con aviso a la cita, pero habló desde Caracas.

«Están tronando las voces de los pueblos. Los lí­deres de un nuevo mundo que se comienzan a levantar en el horizonte», dijo Chávez. Otras ausencias notables fueron las de Alan Garcí­a (Perú) y Tabaré Vázquez (Uruguay).