«Mondrian, que fue uno de los más grandes artistas del siglo XX, no había sido realmente mostrado en Francia desde una exposición en la Orangerie des Tuileries en 1969. Reparamos esta injusticia. Máxime cuando lo esencial de su obra estuvo producida en París», declaró a la AFP Alain Seban, presidente del Centro Pompidou.
En 2002, el museo de Orsay presentó una exposición centrada en los primeros años (1892-1914) del pintor holandés, que poco a poco fue dirigiéndose hacia los caminos de la abstracción.
El Centro Pompidou, que ha diseñado esta exposición, eligió presentar simultáneamente el movimiento vanguardista holandés De Stijl (El Estilo). Mondrian (1872-1944) fue el mentor de este grupo junto al fundador de la revista De Stijl, Theo van Doesburg, antes de que ambos se distanciaran.
Según Seban, «De Stijl es uno de los movimientos más emblemáticos de aquella época, pero es ignorado en Francia». «Acercando los dos, damos la posibilidad de destacar los orígenes comunes, especialmente el interés por la Teosofía o el espiritualismo», subrayó.
La exposición «dos en uno» podrá verse hasta el 26 de marzo y en ella podrán apreciarse cerca de 700 obras y objetos, distribuidos en 2.100 metros cuadrados, repartidos en 22 salas, la mitad de las cuales consagradas a Mondrian.
El Centro Pompidou se ha centrado especialmente en la etapa parisina de Mondrian, artista que abandonó su Holanda natal a los 40 años para trasladarse a París, capital de las artes en aquella época.
En la capital francesa permanecerá hasta 1938, cuando se trasladó a Londres ante el avance del nazismo. Dos años más tarde abandonó Europa con destino a Nueva York, donde murió en 1944.
La exposición presenta un centenar de las principales obras de Mondrian (pinturas y dibujos), así como fotografías, cartas y otros objetos.
«Entre 1912 y 1920, Mondrian llevó progresivamente el cubismo hacia el «neoplasticismo», pasando de la «realidad natural a la realidad abstracta»», explicó Brigitte Léal, una de las comisarias de la exposición.
Mondrian fue uno de los líderes de un nuevo lenguaje pictórico, basado en el plano (la tercera dimensión queda prohibida) y en los tres colores primarios (rojo, azul, amarillo) y los no-colores (blanco, negro, gris). Un lenguaje plasmado mediante líneas rectas, apoyándose en las oposiciones y el equilibrio.
Otro de los atractivos es la reconstrucción del taller parisino del artista holandés, calificado de «poema del ángulo muerto» por el arquitecto Le Corbusier.