Jake Gillum adora su bicicleta y cuando se la robaron en Portland, Oregon, mientras salía con una amiga, decidió recuperarla a toda costa.
La tarea parecía imposible, pero tras una semana de hacer indagaciones en internet y colocar anuncios por su bicicleta Fuji 2009 de fibra de carbono la descubrió en venta en Seattle. Finalmente, el pasado fin de semana, Gillum no solamente recuperó su bicicleta sino que logró localizar al ladrón y permitir que la Policía lo detuviera.
Las peripecias de Gillum fueron subidas a YouTube bajo el nombre del usuario Simon Jackson.
«¡Por esto no se roba a los ciclistas!» grita Gillum usaba su teléfono multiusos para documentar la forma en que buscaba pistas del sospechoso. «¡Porque nos preocupan nuestras máquinas! ¡Porque viajaría 256 kilómetros (160 millas) para recuperar mi bicicleta de 2.500 dólares! ¡Tú vas a la cárcel!»
En una entrevista del jueves, el joven de 28 años agregó: «Es la mejor sensación del mundo, ver cómo ese tipo era encerrado en el vehículo policial».
El éxito de la recuperación es otro que anima a los ciclistas de todo el mundo. Esas operaciones no son inusuales: hubo por lo menos cuatro en Seattle recientemente, dos de ellas con el mismo sospechoso, pero generalmente no acaban en un video que cobra gran popularidad.
En mayo, Dave O’Hern recuperó una de sus dos bicicletas robadas cuando su nuevo propietario la llevó a reparar a un taller, donde los empleados reconocieron una fisura en una de las barras. El nuevo propietario, el estudiante de derecho de la Universidad de Washington Noel Merfeld, ayudó a O’Hern a montar la operación para capturar al tipo que le vendió la bicicleta. La Policía acudió y detuvo a un hombre que ya había sido detenido en condiciones parecidas dos meses antes.
Igualmente en Seattle, Matt Goyer recuperó su bicicleta robada el mes pasado tras verla en Craigslist. El vendedor dejó que la probara y Goyer nunca volvió.
«La gente tiene derecho a reclamar su propiedad robada. Les pertenece», dijo el vocero de la Policía de Seattle Sean Whitcomb. «Obviamente, el primer y mejor método es recurrir a la Policía para lograrlo».
La aventura de Gillum comenzó el 3 de agosto en Portland cuando se dio cuenta que su bicicleta había desaparecido y presentó una denuncia con la Policía. No tiene coche y la utilizaba para ir a trabajar, además de hacer ejercicio. Una semana después, el rastreo en internet permitió descubrir el anuncio de su venta el 9 de agosto en Seattle.