Hoy se cumplen 15 años de la presentación del Proyecto Interdiocesano de la Recuperación de la Memoria Histórica de Guatemala (Remhi) “Guatemala, nunca más”, en medio de una compleja situación social de polarización provocada por grupos de poder en torno al caso por genocidio contra Efraín Ríos Montt.
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La Oficina de Derechos Humanos del Arzobispado de Guatemala (ODHAG) convocó a expertos internacionales que se refirieron a los avances del país sobre la recuperación de la memoria histórica y a la importancia de que el caso de genocidio se dilucide en los Tribunales de Justicia.
Mauricio Montoya, de la Universidad Pontificia Bolivariana en Colombia, explica que encuentra similitudes entre ambos países en su lucha por la recuperación de la memoria histórica.
“Hay actores sociales importantes involucrados, existe desdén de los organismos gubernamentales y luchas de sectores sociales que permiten que este tema cobre visibilidad y que alcance protagonismo. El tema étnico nos une”, dijo.
Según Montoya, los avances en esta materia siempre deben ir dirigidos a “darle voz a los que no tienen voz”, es decir a los verdaderos protagonistas en estos procesos.
Respecto al conflicto armado que duró 36 años en el país y el actual proceso judicial contra Ríos Montt y Mauricio Rodríguez, el investigador menciona que han seguido muy de cerca estos acontecimientos históricos, y expresan su preocupación por las decisiones que tomó la Corte de Constitucionalidad de nuestro país.
“Lo que le sucedió hace quince años a monseñor Gerardi después de la presentación del informe Remhi, tiene mucha relación porque sirvió de ejemplo para que todos los países de América Latina actualmente estén en el proceso de la recuperación de la memoria histórica, como Colombia, Perú y Argentina, donde se han logrado sentencia condenatorias contra militares que participaron en crímenes de lesa humanidad, desapariciones forzadas y tortura.
Factores como el atraso de los casos, el cambio de los juzgadores, la toma de decisiones arbitrarias y que los casos no sean investigados a profundidad generan intranquilidad en los guatemaltecos y en la comunidad internacional, quienes reciben estos mensajes de desconfianza en las instituciones.
“No hay que convertir la memoria histórica como referente de venganza, sino pensar como el escritor búlgaro Tódorov, quien expone: La memoria tiene que ser una medida ejemplar, que nos invite a reflexionar para que esto nunca más pase”, concluyó.