El guatemalteco común y corriente está cansado de ver y oír sinnúmero de campañas publicitarias o propagandísticas de todo tipo, engañosas, falsas o sin la más mínima sustentación, lo que origina el sentimiento de no aceptación y hasta el rechazo. Por ello me llamó la atención ver en nuestras calles citadinas rótulos o vallas con la leyenda «YO A » que de acuerdo al estricto sentido de los signos, para mí significaba «YO A MAS». Más tarde me enteré que lo que sus patrocinadores deseaban expresar era: «YO ASUMO». Días después, exactamente el 9 de julio de 2010, en la página 22 del Diario La Hora, se publicó un reportaje en donde se explicaba que su objetivo es renovar el pensamiento de los guatemaltecos, reconstruyendo la cultura por los valores, responsabilidades y compromisos que pudieran generar un desarrollo sostenible en Guatemala.
No puedo menos que aplaudir la idea del grupo que se autodenomina «Jóvenes por Guatemala», dejándonos de andar buscando culpables por la difícil situación que enfrentamos, pues todos sabemos bien que tenemos tiempo de haber dejado de lado nuestras responsabilidades y compromisos, por lo que me encanta la idea de hacer una campaña nacional para lograr el cambio en cada uno de nosotros aceptando su propuesta: asumir cinco valores básicos: puntualidad, orden, limpieza, cortesía/responsabilidad y excelencia en el trabajo, de los cuales se derivan, según dice el mencionado reportaje, diez y nueve compromisos más, entre los que se destaca servir a los demás y para que la próxima generación los adopte.
A lo mejor dicho en otras palabras, mucho de ello he estado repitiendo, desde hace ya bastantes años, cada vez que tengo la oportunidad de intervenir en medios de comunicación social, pues los que ahora somos adultos, con nuestra actitud de dejar de lado valores y principios éticos, morales y religiosos, hemos estado cometiendo una barbaridad, peor todavía cuando eso mismo con el mal ejemplo se lo estamos dejando a las futuras generaciones. Tienen razón los jóvenes, no podemos seguir siendo irresponsables, desde conducir un vehículo automotor violando las elementales normas de tránsito, pasando por ofrecer dádivas a cambio de un servicio público, hasta corromper la justicia, para que la impunidad siga causando más perjuicios.
A los patrocinadores de «Yo asumo mi ciudadanía» los invito a seguir adelante con sus intenciones siempre y cuando permanezcan alejados de los intereses sectarios, políticos y partidarios. También exhorto a la juventud que no se haya enterado de esta magnífica oportunidad cívica, uniendo sus esfuerzos para hacer algo útil por su país. Y usted, estimado lector, no debiera dejar de informarle a sus familiares, amistades y conocidos de esta valiosa oportunidad para servir a nuestra nación para no olvidar lo que dijo Séneca: «Largo es el camino de enseñar por medio de la teoría, breve y eficaz por medio del ejemplo».