China prometió estrictos controles y severas sanciones y aseguró que la corrupción no afectará los esfuerzos de reconstrucción en Sichuan, pero un mes después del sismo que devastó esa provincia del sudoeste del país las víctimas siguen mostrándose escépticas.
«Es poco probable» que las autoridades cumplan ese compromiso, comenta He Feng, un campesino de Juyuan (suroeste).
En Juyuan, la escuela se derrumbó durante el terremoto del 12 de mayo, matando a cientos de niños. Sus padres acusaron a los funcionarios corruptos de la mala calidad de los edificios.
«Los responsables del gobierno no son todos corruptos, pero aquí, en general, las cosas suceden así», agrega este hombre de 59 años, alzando los hombros.
China recibió miles de millones de dólares de ayuda de todo el mundo, destinados a los supervivientes del sismo que dejó 69.146 muertos y 17.516 desaparecidos, y el gobierno prometió el equivalente de 10.000 millones de dólares para la reconstrucción a partir de este año.
Pero en este país en plena expansión económica, la corrupción es una plaga, tanto en la administración pública como en todos los estratos de la sociedad, a falta de una prensa libre y de un sistema judicial independiente.
Las enormes cantidades de dinero que van a circular para reconstruir las zonas devastadas por el sismo del 12 de mayo podrían despertar el apetito de los responsables a diferentes niveles, advierte la periodista disidente Dai Qing.
Según Dai, China debe crear estructuras independientes para la construcción de edificios antisísmicos y para la gestión de los fondos, con el objetivo de evitar la malversación.
«Garantizar la transparencia de estas cuestiones y publicar el resultado de las investigaciones debería ser el primer paso», afirma.
La mitad de los pekineses que hicieron donaciones a favor de las víctimas del sismo querrían que se haga pública la utilización de los fondos, según un sondeo realizado por la Oficina de Estadísticas de Pekín y publicado el miércoles por el diario Beijing News.
Y el 60% de los encuestados afirma temer la malversación de sus donaciones.
Mientras los socorristas seguían buscando a posibles supervivientes bajo los escombros, ya comenzaron a circular las primeras informaciones sobre la desaparición de materiales de rescate o sobre estafas.
Muestra de la creciente preocupación que suscita la corrupción, durante la ruedas de prensa que siguieron al terremoto los periodistas chinos hicieron preguntas al respecto a altos responsables del país.
El gobierno ha reiterado en numerosas ocasiones que los funcionarios corruptos o los especuladores serán sevaramente castigados.
Una «hoja de ruta» sobre la reconstrucción, de la que el martes se filtraron algunos detalles, subraya también la necesidad de transparencia.
Pero, según Dai Qing, «se necesita una prensa libre para supervisar a los responsables corruptos y para ser los ojos y los oídos del pueblo. Es imposible para los dirigentes vigilar a todos los responsables del país».